La misma inteligencia artificial que ya emplean los astronautas de la Estación Espacial Internacional ofrece un enfoque prometedor para la resolución de delitos. En una era donde la seguridad preocupa en toda Europa, el uso inteligente de datos policiales es clave para descubrir pistas.
Los orígenes de este tipo de inteligencia artificial se remontan casi 15 años atrás, cuando se utilizaba para preparar astronautas para el espacio. La empresa Space Applications Services desarrolló un software para entrenar a los astronautas del laboratorio de investigación Columbus de la Agencia Espacial Europea (ESA), con preguntas y respuestas del tipo "¿Qué es esto?" o "¿Dónde está esto?".
La inteligencia artificial está llamada a desempeñar un papel clave en las futuras misiones espaciales. Una mayor automatización puede reducir las operaciones en tierra, los costes y los riesgos. El próximo astronauta de la ESA en el espacio, Alexander Gerst, irá un paso más allá este mismo año, al probar un asistente de tripulación móvil inteligente.
Aquel proyecto de entrenamiento de tripulaciones realizado en 2003-2005 fue un pequeño paso para la inteligencia artificial, pero llevó a un ámbito totalmente distinto: la seguridad.
La empresa desarrolló un herramienta capaz de llevar a cabo preguntas sobre hechos concretos y mostrar los resultados. Así, hizo posible localizar entre miles de horas de grabación transmisiones específicas de cámaras de vigilancia.
Con el tiempo, esa misma tecnología se empleó para formar en la toma de decisiones a los gestores de crisis de los aeropuertos. El personal se entrenó en un simulador para detectar incidentes y amenazas potenciales.
Una década tras las pruebas en el espacio, los ingenieros europeos comenzaron a trabajar en el examen semiautomatizado de grandes cantidades de datos procedentes de todo tipo de fuentes, como registros escritos, grabaciones y redes sociales, en muy pocos segundos.
Con un solo clic, el software se encarga de la parte más laboriosa del trabajo del analista de delitos. La policía belga ahora está evaluando la viabilidad del sistema para rentabilizar la recopilación y el análisis de información.
El software podría convertirse en un producto comercial para mediados de este año.