A lo largo de los últimos años venimos observando cómo el ecosistema de startups para el que trabajamos en la Fundación madri+d demuestra tener, colectivamente y al margen de las políticas públicas, gran capacidad intrínseca para aunar la acción de inversores, empresas, facilitadores, centros universitarios y de investigación, escuelas de negocios,... con una visión empresarial diversa, liderada por muchos jóvenes talentos nacionales e internacionales que propician su crecimiento.
Sabemos que hoy es un ecosistema consolidado y uno de los centros de startups más grandes de Europa, pero no olvidemos que hace menos de una década que comenzó a despegar como tal. Favorece su posición privilegiada ser el principal centro financiero de España y hogar de muchas corporaciones multinacionales, su sólida infraestructura de comunicaciones así como ser un punto de conexión internacional con Latinoamérica (todos conocemos empresas que se han internacionalizado en ambas direcciones desde Madrid), pero también es, como su estilo de vida, un ecosistema abierto y receptivo al talento de cualquier lugar o nacionalidad, de igual modo que exporta talento y empresas hacia el exterior.
El ecosistema de la ciudad de Madrid ocupa, por tamaño, el quinto lugar europeo tras Londres, París, Berlín y Amsterdam y, a nivel regional, la Comunidad de Madrid, con más de 2.700 startups creadas en los últimos diez años, ocupa el séptimo lugar si tenemos también en cuenta las áreas metropolitanas de Rotterdam y Munich (ver Startup Radar madri+d).
La Comunidad ocupaba también a principios de 2021 el cuarto lugar en número de empleados de sus startups, en número de rondas de inversión (136) y en número (34) e importe total (2.200 M€) de los exits. Una posición menos destacada tiene el número de unicornios (3), pero sí cabe mencionar, de acuerdo con Dealroom, el porcentaje de startups de alto potencial que podrían llegar a serlo en la próxima década.
En el momento actual post-pandemia, más importante aún que los rankings, siempre cambiantes y en ocasiones sesgados, es la capacidad del sistema para responder a los retos de la sociedad, tales como la recuperación económica, el cambio climático o la capacidad para atraer talento de cualquier parte del mundo por su cultura emprendedora, disponibilidad de fondos, conexiones con la industria, estilo y coste de la vida, regulaciones y acceso al talento. Me gustaría realizar algunas reflexiones sobre estos aspectos:
La respuesta a los retos de la recuperación económica y de la Agenda 2030.
Los próximos años serán vitales para el mundo, y los organismos internacionales confían en las startups como canalizadores de la innovación para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 o la recuperación de sectores como el turismo o el transporte con tecnologías como la inteligencia artificial, medtech, big data,… En los últimos años hemos visto despuntar en la Comunidad de Madrid los sectores de logística y transporte, salud y empleo y las tecnologías TIC, deep tech e inteligencia artificial. Más recientemente las empresas fintech, de software empresarial, transporte y logística, salud y ciberseguridad han destacado por su capacidad de atracción de inversiones (80% del total en 2020) y de sus importantes exits. La composición del ecosistema emprendedor madrileño es enormemente variada y sin duda seguirá aportando todo su potencial en los difíciles años que se avecinan, como ya ha demostrado por su alta capacidad de adaptación a las circunstancias de la pandemia.
La cultura emprendedora y el acceso a la tecnología.
Con una infraestructura tecnológica de primer nivel y más de 200 incubadoras, aceleradoras, viveros y escuelas de negocio que apoyan startups de alto contenido innovador, la Comunidad de Madrid posee una de las mayores densidades de espacios privados para startups (ver buscador de entidades).
La disponibilidad de fondos públicos y privados.
No es una novedad que en nuestro país tenemos menos inversores en rondas B o superiores que en otras plazas internacionales. Esto explica el interés de los fondos internacionales en las startups españolas y madrileñas y que 2020, sin haber sido el mejor año en volumen total de inversión (472 M€), la Comunidad de Madrid ocupase el sexto lugar en atracción de nuevos fondos por sus entidades de Capital Riesgo locales (460 M€) que serán desplegados en los próximos años. Y recibimos con los brazos abiertos varias medidas demandadas desde hace muchos años e incluidas en la nueva Ley de Startups de la 'Estrategia España Nación Emprendedora', como los incentivos fiscales similares a las SEIS (Seed Enterprise Investment Scheme) británicas y la mejor fiscalidad de las stock options. Buenas noticias, sin duda.
Las conexiones con la industria.
Las oportunidades de trabajo con empresas multinacionales e innovadoras son especialmente interesantes en la Comunidad de Madrid, donde se concentra el 62% de las empresas del IBEX 35, el 31% de la inversión total en innovación y el porcentaje más alto de empresas exportadoras (16,4%).
La calidad y coste de la vida.
Creo no confundirme si digo que Madrid es un lugar ideal para quienes buscan iniciar una startup, o iniciar un nuevo capítulo profesional en un ambiente de gran capital pero con un estilo de vida acogedor, tradicional y abierto. El panorama de las startups es estable y en crecimiento. El coste de la vida es también sensiblemente inferior al de otros lugares.
Las regulaciones y el acceso al talento.
Por último, mencionar que la Comunidad de Madrid ocupa el séptimo lugar europeo en número de desarrolladores en informática y que el número de graduados universitarios también es alto, así como la elevada proporción que opta por las áreas STEM, lo que parece garantizar, en los próximos años, poder contar con nuevos líderes para la innovación y la creación de empresas tecnológicas. En este sentido también es una buena noticia que la Ley de Startups vaya a facilitar a nivel nacional la tramitación de los visados y una mejor regulación del trabajo autónomo.
El futuro no puede esperar y las startups de la Comunidad Madrid seguirán ayudando a construirlo desde un entorno comprometido con el país, el desarrollo sostenible y la recuperación internacional.