"Debemos sentirnos orgullos del sistema universitario español. Tiene cosas que mejorar, pero ha ayudado a cambiar la sociedad española en los últimos 40 años", ha afirmado Roberto Fernández, rector de la <a href="http://www.udl.cat/ca/es/" title="Universidad de Lleida" alt="Universidad de Lleida" target="_blank">Universidad de Lleida</a> (UDL) y presidente de la <a href="https://www.crue.org/SitePages/Inicio.aspx" title="Conferencia de Rectores de Universidades de España" alt="Conferencia de Rectores de Universidades de España" target="_blank">Conferencia de Rectores de Universidades de España</a> (CRUE).
Fernández ha participado esta mañana, en la Universidad Nebrija, en un acto con motivo del décimo aniversario del establecimiento en nuestro país de Espacio Europeo de Educación Superior, más conocido como Plan Bolonia, la ciudad italiana en la que se firmó la declaración que lo establecía. Junto a él han intervenido en el debate Guillermo Cisneros, rector de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y Juan Cayón, rector de la Universidad Nebrija.
Hay luces y sombras en este proceso, según han coincidido los tres intervinientes, que han puesto de manifiesto los éxitos de los últimos años y aquellos aspectos en lo que aún hay margen de mejora. Bolonia ha sido una respuesta adecuada de Europa a la globalización de la educación y una manera adecuada de poder hacer frente a las universidades de Estados Unidos y de Asia. Para Roberto Fernández, "en estos diez años, se ha ajustado mejor la oferta y demanda de los estudios, se ha incrementado la movilidad de estudiantes, se ha conseguido más cooperación entre universidades y ha habido beneficios para la investigación".
Entre los aspectos que es necesario mejorar, los rectores han coincido en que no se ha conseguido transmitir ni a los empleadores ni a la sociedad lo que realmente significa Bolonia, la diferencia entre los grados y los máster, porque en buena medida se tiende a pensar en los graduados como en los antiguos licenciados, que en realidad equivalen al máster. "No hemos sabido transmitir qué significa Bolonia, no damos nosotros mismos una buena imagen porque la realidad es mejor de lo que la sociedad percibe”, ha asegurado Guillermo Cisneros, rector de la Universidad Politécnica de Madrid. En algunas áreas, ha continuado, "somos tan competitivos como las mejores universidades de Europa, estamos entre los mejores, pero no sabemos contarlo". Para este rector "se confunde la carrera de un estudiante con las carreras que se pueden hacer. La carrera es lo que cada uno haga, grado, máster, doctorado, lo que sea. Y otra cosa son las carreras en su conjunto".
Los rectores han coincidido en que es necesario mejorar aun en las metodologías, en internacionalización y, sobre todo, en financiación. "El sistema universitario catalán tiene tanto presupuesto con el club de fútbol Barcelona”, ha señalado Roberto Fernández. "O hacemos de la educación una cuestión de país, de marca, o no lo acabaremos de arreglar nunca".
Para Juan Cayón, rector de la Nebrija, además de una mayor internacionalización y amplitud de miras, la universidad debe incrementar su relación con las empresas. "Sufre, además, un problema de hiperregulación, hay que mejorar la gobernanza y los sistemas mediante los cuales se acredita la calidad". Los tres rectores han coincidido en que la universidad española tiene un buen equilibrio entre facilidades de acceso para la población y excelencia "aunque en excelencia debemos mejorar”, puntualiza Roberto Fernández. También han invocado la necesidad de eliminar barreras entre las autonomías: "no podemos mantener 17 sistemas distintos”, e incrementar la autonomía universitaria y la autorresponsabilidad. "Si los consejeros de los gobiernos autonómicos son universitarios, nos comprenden; si no, no”, ha dicho Guillermo Cisneros.
En resumen, los rectores, reconociendo que queda mucho camino por recorrer y mucho por mejorar, sobre todo en la financiación, han insistido en la necesidad de conseguir que la sociedad española se sienta orgullosa de sus universidades, "que viven el mejor momento de su historia. Tiene muchas más probabilidades un ciudadano español de ir a una universidad que esté entre las 800 mejores del mundo que un ciudadano de Estados Unidos".