• Lección de anatomía

    más allá del dolor y del placer la carne
    inescrutable
    balbuceando su lenguaje de sombras y brumo
    colores

    la carne convertida en paisaje
    en tierra en tregua en acontecimiento
    en pan inesperado y en miel
    en orina en leche en abrasadora sospecha
    en océano
    en animal castigado
    en evidencia y en olvido

    viendo la carne tan cerrada y tan distante
    me pregunto
    qué hace allí la vida simulando

  • A la divina proporción

    A TI, maravillosa disciplina,
    media, extrema razón de la hermosura
    que claramente acata la clausura
    viva en la malla de tu ley divina.

    A ti, cárcel feliz de la retina,
    áurea sección, celeste cuadratura,
    misteriosa fontana de mesura
    que el Universo armónico origina.

    A ti, mar de los sueños angulares,
    flor de las cinco formas regulares,
    dodecaedro azul, arco sonoro.

    Luces por alas un compás ardiente.
    Tu canto es una esfera transparente.
    A ti, divina proporción de oro.

  • September

    Escribo a mis médicos, les pregunto
    sobre la amistad, la lluvia torrencial, el niño
    que se sienta en la cama y susurra: ¿por qué
    has venido sin?
    Ocasionalmente los sueños se dejan desenmascarar
    Pero ¿dónde te voy a colocar a ti, en cuál
    de mis habitaciones?

    <<La vida es una larga preparación para algo
    que nunca ocurre>>
    ¡No pases frío! ¡No te sientas mal! ¡Siéntate bien! ¡Sé buena
    con tu hijo! ¡Evita penas innecesarias!
    Aquí las lilas están prácticamente al borde del agua
    entre alisos, y cicuta, salicaria,

  • Los electrocutados del átomo

                                         A Stanley Kurnik

  • El ángel de los números

    VÍRGENES con escuadras
    y compases, velando
    las celestes pizarras.

    Y el ángel de los números,
    pensativo, volando
    del 1 al 2, del 2
    al 3, del 3 al 4.

    Tizas frías y esponjas
    rayaban y borraban
    la luz de los espacios.

    Ni sol, luna, ni estrellas,
    ni el repentino verde
    del rayo y el relámpago,
    ni el aire. Sólo nieblas.

    Vírgenes sin escuadras,
    sin compases, llorando.

    Y en las muertas pizarras,
    el ángel de los números,
    sin vida, amortajado
    sobre el 1 y el 2,
    sobre el 3, sobre el 4.

  • Nivel del puerto. (Palma, cristal y piedra)

    El nácar del perfil
    puro del gesto,
    enérgico en el agua.
    Extractada la brújula,
    sostiene al equilibrio
    vertical sobre el viento.

    (El imán se detiene.)

    Palma, cristal y piedra.

    Por el muelle, despacio,
    la memoria, indolente,
    se apoya en la baranda
    de un crepúsculo fácil.
    El sueño se devana,
    y se humedece el tiempo
    al entregar su cinta.

    (Se rinde el movimiento.)

    Palma, cristal y piedra.

  • El infinito

    Siempre caro me fue este aislado cerro,
    y estos arbustos, que una buena parte
    impiden ver del último horizonte.
    Mas, sentado y mirando, interminables
    espacios detrás de ellos, sobrehumanos
    silencios, y una calma profundísima
    yo en el pensar me finjo; y casi, entonces,
    el corazón se espanta. Y cuando el viento
    escucho susurrar entre estas plantas,
    el silencio infinito a la voz esta
    voy comparando. Y en lo eterno pienso,
    en muertas estaciones y en la viva,
    presente, y su sonido. Así, en esta
    inmensidad se anega el pensar mío,

  • Triángulo armónico

                               Thesa                            La bella                        Gentil princesa                      Es una blanca estrella                    Es una estrella japonesa.               Thesa es la más divina flor de Kioto              Y cuando pasa triunfante en su palanquín          Parece un tierno lirio, parece un pálido loto        Arrancado una tarde de estío del imperial jardín.

  • Newton

    En la nariz de Newton
    cae la gran manzana,
    bólido de verdades.
    La última que colgaba
    del árbol de la Ciencia.
    El gran Newton se rasca
    sus narices sajonas.
    Había una luna blanca
    sobre el encaje bárbaro
    de las hayas.

  • Maquina del clima

    ¡Falso! Es una cocina vieja
    y no una máquina. Echa vapores,
    hierve, arde y se hiela.
    Caprichosa e incansable
    es la cocinera procelosa,
    permanece invisible, no le gusta que
    le miren en los cacharros,
    nos lava, rehoga y tuesta,
    tormenta y espuma. ¡Oh,
    ella cocina también sólo con agua
    y gas!