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Autor
Tortella, Gabriel y Núñez, Clara Eugenia. Gadir. Madrid, 2009. 209 páginas.

Para comprender la crisis.

<i>UN ANÁLISIS DE PROFUNDO CALADO SOBRE LA CRISIS ECONÓMICA</i><br> Reseña realizada por José Luis García Ruiz<br> Profesor Titular de Historia Económica<br>Universidad Complutense de Madrid

Si en algo coincide todo el mundo es que la crisis económica iniciada en 2007 tiene una profundidad que la hace comparable con la Gran Depresión del decenio de 1930. En este sentido se han expresado economistas y políticos de todas las latitudes. El despertar del sueño vivido en el cambio de siglo, cuando muchos aseguraban que era posible crecer a buen ritmo de forma indefinida, ha sido tremendo. Ha sido necesario bajar los tipos de interés a niveles ínfimos e incurrir en fuertes déficits públicos para evitar lo peor, y aun así las tasas de paro son escalofriantes. Está claro que obras como la que han escrito Gabriel Tortella y Clara Eugenia Núñez son necesarias para encontrar una luz que nos permita avanzar en este mundo de sombras en que nos hemos sumido. Sólo "comprendiendo" en profundidad la crisis es posible definir las medidas que nos sacarán del túnel y evitar que sigamos dando palos de ciego. Lamentablemente, todo lo dicho es especialmente aplicable al caso español.

El libro se inicia con una presentación de las teorías que han explicado las crisis de los siglos XIX y XX, para luego centrarse en la crisis actual y, sobre todo, la crisis en España. Para Tortella y Núñez es sorprendente que hacia 2005 se creyera que nunca más habría crisis, cuando la historia económica de la Humanidad es una sucesión de ciclos, como supieron ver economistas de diversas tendencias como Marx, Juglar, Schumpeter, Kondratief, Mitchell o John M. Keynes. Este último fue testigo de la Gran Depresión y se hizo famoso, como dicen Tortella y Núñez, porque no sólo analizó los problemas, sino que planteó soluciones de política económica. De forma brillante, Keynes se dio cuenta de que la Gran Depresión era fruto de un cambio social que hacía inviable el viejo orden económico liberal. En una sociedad democrática de clases medias y consumo de masas, necesariamente el Estado tendría que intervenir para modular la economía de mercado, aunque, por supuesto, sin desvirtuarla esencialmente. Las ideas keynesianas no tuvieron amplia difusión hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Seguramente por ello la Gran Depresión se saldó con un encadenamiento de conflictos económicos, sociales y políticos que desembocó en el mayor enfrentamiento bélico que se ha conocido.

En la segunda mitad del siglo XX, la aplicación del keynesianismo se reveló problemática, pues el gasto público y la intervención del Estado se desmandaron y se convirtieron en un factor inflacionista. Milton Friedman tuvo razón al denunciar esta deriva, pero, según Tortella y Núñez, se equivocó al pensar que lo mejor era volver a una situación de puro laissez faire. Los autores nos dicen que la gravedad de la crisis actual se explica por la conjunción de lo peor del keynesianismo con lo peor del pensamiento friedmanita en el epicentro de la crisis, es decir, en Estados Unidos. En este país, los Gobiernos de George W. Bush liberalizaron los mercados de forma irreflexiva, a la vez que permitían que los tipos de interés (variable clave que siempre es objeto de regulación) se mantuvieran insensatamente bajos por razones políticas (ganar elecciones). El resultado fue la generación de diversas burbujas (inmobiliarias, bursátiles, crediticias) que se podrían haber evitado si se hubiera "retirado el champán en plena fiesta", como aconsejaba hacer un gobernador de la Reserva Federal anterior al nefasto Alan Greenspan.

Todo el libro resulta muy recomendable, incluso para el lector profano en economía, pues está escrito con un lenguaje sencillo y ameno, pero quizás la parte más interesante sea la contenida en los capítulos finales, que se refieren a España. Está claro que en España tampoco se retiró el champán a tiempo, es decir, durante el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Es más, como es sabido, Rodríguez Zapatero negó cualquier posibilidad de crisis hasta que la cifra de parados le desmintió brutalmente. Tortella y Núñez encuentran muchas semejanzas entre lo ocurrido en Estados Unidos y lo ocurrido en España, pero piensan que aquí la situación es más grave por tratarse de una economía menos diversificada y productiva. Si acaso se tendría la ventaja de un sistema financiero más sólido, pero cada vez es más evidente que la gestión de las cajas de ahorros, muy condicionada políticamente, ha sido deficiente (y las cajas de ahorros son la mitad del sistema financiero). Es urgente, nos dicen los autores, abordar reformas laborales (para acabar con la dualidad del mercado de trabajo entre trabajadores fijos y temporales), educativas (lucha contra el fracaso escolar y también contra la expedición de títulos universitarios sin la debida exigencia), fiscales (control del gasto público corriente) y productivas (diversificar y exportar más), pero también hay que cuidar "la unidad de mercado y el futuro de España como nación" (p. 181). Son muy interesantes las reflexiones que Tortella y Núñez hacen cuando ligan los problemas económicos y políticos de la España actual, que terminan con una inquietante pregunta: "¿Corremos hoy el peligro de que la presente crisis desencuaderne España, como lo hizo la del siglo XVII?" (p. 201).

En definitiva, estamos ante un análisis de profundo calado sobre la crisis económica que nos azota y para la que no parece haber una solución de consenso. Es de agradecer que dos reconocidos historiadores económicos nos ayuden a comprender la crisis en un contexto mundial y de largo plazo. Una crisis que en España está dejando de ser sólo económica para tener graves manifestaciones sociales y políticas de consecuencias impredecibles.

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