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Raquel Bonilla

Combinar vacunas antitumorales y quimioterapia logra eliminar el cáncer de mama

Un pionero estudio español confirma que la combinación de vacunas antitumorales y quimioterapia mejora las respuestas del tratamiento en los tumores de mama localizados

El cáncer de mama es el tumor más común entre las mujeres españolas, pero también, uno de los que mejor pronóstico tiene ante un diagnóstico precoz. La investigación no cesa y, con ella, las buenas noticias se suceden ante una enfermedad que, según las estimaciones, afecta cerca de 132 personas por cada 100.000 habitantes, lo que se traduce en que, en nuestro país, aproximadamente el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres se originan en la mama. De hecho, el cáncer de mama es ya el tumor más diagnosticado del mundo, superando por primera vez al cáncer de pulmón, según datos publicados en 2021 por el Centro de Investigaciones sobre el cáncer (IARC, por sus siglas en inglés).

Pero hay motivos para la esperanza, ya que la Clínica Universidad de Navarra ha liderado un estudio que ha demostrado la eficacia clínica de la combinación de vacunas antitumorales con células dendríticas con quimioterapia neoadyuvante –previa a la cirugía- en pacientes con tumores de mama localizados.

Los resultados de este ensayo, diseñado y desarrollado íntegramente en Navarra y en el que también ha participado el Hospital Universitario de Navarra, han sido publicados en la revista «Therapeutic Advances in Medical Oncology» y confirman que, en comparación con un tratamiento estándar basado sólo en la quimioterapia, la adición de la vacuna antitumoral supone un mayor número de respuestas tumorales completas, lo que se traduce en la desaparición total del tumor, con una excelente tolerancia y una estimulación añadida del sistema inmunológico.

La doctora Marta Santisteban, especialista en Oncología Médica de la Clínica Universidad de Navarra e investigadora principal del estudio, destaca que «aunque no hemos llegado a ver cambios estadísticamente significativos en supervivencia global, sí existe una tendencia a un beneficio en los primeros cinco años de tratamiento, que ha demostrado ser completamente seguro para las pacientes y con modificaciones tanto en el tumor y su entorno como en una mejor actividad del sistema inmune».

El estudio destaca por el prolongado seguimiento de pacientes, con más de ocho años de abordaje, desde 2010, y por su condición de ensayo académico –no vinculado con la industria-, habiendo contado con la financiación de una convocatoria para terapias avanzadas del Ministerio de Sanidad y de una ayuda de la Acción Estratégica en Salud del Instituto de Salud Carlos III.

«Cuando iniciamos la investigación, la inmunoterapia no se empleaba como tratamiento para el cáncer de mama. De hecho, a día de hoy está aprobada como tratamiento estándar por la FDA estadounidense en este escenario, pero todavía no se ha autorizado su aprobación por la agencia europea del medicamento ni por la española, a pesar de los beneficios demostrados. La inclusión de pacientes recién diagnosticadas, con un sistema inmune intacto, con subtipos biológicos HER2 negativos y su combinación con quimioterapia han sido claves, explica la doctora Santisteban, que subraya que «la idea, además de ser original e innovadora, ha sido posible gracias al soporte del Área de Terapia Celular y a la colaboración del equipo multidisciplinar de especialistas del Área de Cáncer de Mama».

En concreto, tal y como detalla la especialista, se ha «identificado biológicamente un grupo de pacientes con cáncer de mama triple negativo con baja expresión de la proteína PD-L1 que se benefician especialmente de la adición de las vacunas a la quimioterapia. Esto hasta ahora no se sabía», aclara la doctora Santisteban, que añade que «de ahora en adelante, el objetivo será seleccionar mejor aquellas pacientes que se vayan a beneficiar de esta terapia para mejorar su pronóstico y su calidad de vida».

«La posibilidad de participar en el diseño de nuevos estudios que impacten en el manejo y en la supervivencia de las pacientes con cáncer de mama; así como el facilitar la llegada de estos estudios a nuestras pacientes en la práctica clínica diaria es un enorme privilegio», añade la doctora, que es también miembro de la Junta Directiva de GEICAM desde el año 2018.

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