Fecha
Autor
Florida, Richard. Editorial Paidós. Barcelona, 2010.

La clase creativa. La transformación de la cultura del trabajo y el ocio en el siglo XXI.

LA TRANSFORMACIÓN DE LA CULTURA DEL TRABAJO Y EL OCIO EN EL SIGLO XXI<br> Reseña realizada por Cecilia Murcia <br> IADE-UAM

En el libro: La Clase Creativa. La transformación de la cultura del trabajo y el ocio en el siglo XXI, su autor describe el profundo cambio que está transformando las preferencias y las actitudes de las personas como una sociedad en que la filosofía creativa es cada vez más predominante. Su obra es un retrato revelador de los valores y de los estilos de vida que impulsan la economía, la tecnología y las estructuras sociales del siglo XXI.

El autor cita la creatividad, como la fuerza impulsora del dramático cambio surgido en la economía y en la sociedad desde la segunda década de 1950 hasta la actualidad, debido principalmente, a que la cantidad de personas que desempeñan trabajos creativos ha aumentado enormemente durante el último siglo.

Son muchos los que afirman desde hace algún tiempo, que en la actualidad vivimos en una economía "de la información" o del "conocimiento"; pero realmente, lo más importante, es que ahora contamos con una economía alimentada por la creatividad humana y esta es ahora la fuente decisiva de ventaja competitiva, ya que por medio de ella, revisamos y mejoramos constantemente productos, actividades y procesos imaginables y los encajamos de maneras nuevas. Además, la creatividad tecnológica y económica se ve alimentada por la creatividad artística y cultural, con la que interacciona. Este tipo de interacción es evidente en la aparición de empresas completamente nuevas, como las dedicadas a la elaboración de gráficos por ordenador o la música y animación digitales.

La creatividad, afirma Florida, requiere un entorno social y económico que permita alimentar sus diversas formas. Por esta razón, el acceso a las personas creativas y con talento determina dónde deciden ubicarse y crecer las empresas. Y eso, a su vez, ha modificado el modo en que deben competir las ciudades. Por su parte, las personas creativas no se limitan a concentrarse donde están los trabajos. Se concentran en lugares que son centros de creatividad, están repletos de estímulos y de interacción creativa y esto da lugar a las Comunidades Creativas.

Ese es el objetivo de este libro: analizar cómo y porqué, e identificar los efectos de ese impulso a medida que se va extendiendo por todo el mundo. Para ello, ha subdividido la obra en cuatro partes que se describen a continuación:

LA ERA CREATIVA

En esta primera parte, el autor pretende capturar el espíritu y carácter de la era creativa emergente, por lo que analiza con mayor detalle la creatividad: qué es y de dónde viene. Para ello se centra en los conceptos de espíritu creativo, economía creativa y clase creativa, como demostración de los cambios que está generando la influencia de esta corriente en lo individual, económico y social.

La creatividad humana es el recurso económico definitivo: la capacidad de generar nuevas ideas y formas mejores de hacer las cosas aumenta la productividad y por tanto, el nivel de vida. El alcance de la transformación actual supone sustituir los activos físicos por intangibles como la inteligencia, el conocimiento y la creatividad humanas.

Su definición del núcleo de la clase creativa, incluye a las personas que se dedican a la ciencia y a la ingeniería, a la arquitectura y al diseño, a la educación, al arte, y a la música y el espectáculo, y cuya función es generar nuevas ideas, nueva tecnología y/o nuevos contenidos creativos. Alrededor de este núcleo, la clase creativa también abarca a un grupo más amplio de profesionales creativos, en el mundo de la empresa y las finanzas, en el ámbito legal y en el sanitario, y en otros campos relacionados.

En 1900, menos del 10% de los trabajadores norteamericanos desempeñaban trabajos creativos: la mayoría de ellos trabajaban en granjas o fábricas. Sin embargo, a principios del siglo XXI, la clase creativa era ya casi una tercera parte de la población activa. Y eso era así no sólo en Estados Unidos. Las filas de la clase creativa han llegado a suponer hasta el 25% ó 30% de la mano de obra en los países europeos desarrollados.

TRABAJO

En la segunda parte, se resalta la existencia de nuevas actitudes que reflejan tanto la naturaleza cambiante del trabajo como el cambio en los deseos de la clase creativa.

Las personas ya no sólo trabajan por dinero; es una condición necesaria pero no suficiente. Ni siquiera los cambios drásticos en la situación económica, parece que afecten demasiado a lo que la mayoría de las personas, especialmente las creativas, buscan en su trabajo.

Para motivar a las personas creativas siempre se ha necesitado algo más que dinero: en la investigación realizada por el autor destaca, que nueve de los diez elementos y factores laborales más valorados por las personas, son intrínsecos. Entre estos encontramos: retos laborales y responsabilidad, flexibilidad, desarrollo profesional, reconocimiento de los colegas, entre otros.

A pesar de ello, muchas empresas, académicos y expertos empresariales siguen sobrevalorando el dinero como factor de motivación, especialmente en el mundo del trabajo creativo.

El nuevo mercado laboral que han diseñado estas tendencias presenta tres características básicas: en primer lugar, ahora las personas tienden a tener carreras profesionales horizontales, no verticales.

El ascenso por la escala corporativa ya no es algo tan popular, en parte porque en muchas de las empresas actuales, más planas, ya no hay una escalera por la que subir. Adicionalmente, las personas no se sienten ligadas a las empresas, por esta razón, en lugar de ir ascendiendo en las filas de una organización, se mueven lateralmente de una empresa a otra, en busca de lo que quieren: mayores retos, conseguir más autonomía o ganar en satisfacción. Según el rango de edad en la que se encuentren, las personas cambian de trabajo más rápidamente.

La segunda característica del nuevo mercado laboral es que las personas han llegado a identificarse más con su ocupación o con su profesión que con su empresa. En parte, es consecuencia del paso a un conocimiento muy especializado.

La tercera y última característica es que las personas asumen más responsabilidad por cada uno de los aspectos de sus carreras. No sólo asumimos el riesgo que entrañan los cambios de trabajo, sino que asumimos la tarea de cuidar de nuestra creatividad, invirtiendo en ella, apoyándola y nutriéndola.

Quizás el mayor cambio sea que, ahora, las personas esperan gestionar sus vidas laborales. La nueva realidad del cambio de trabajo crónico ya se ha internalizado en la psicología del trabajo. Ahora las personas aceptan que sólo dependen de sí mismas, que las fuentes tradicionales de seguridad y de derechos ya no existen y que ni siquiera importan. Es un cambio absolutamente radical.

LA VIDA Y EL TIEMPO LIBRE

En esta tercera parte, se analiza cómo el estilo de vida de la clase creativa puede resumirse como una búsqueda apasionada de experiencias. El ideal, para muchos de ellos, es "vivir la vida": una vida repleta de experiencias multidimensionales, intensas y de gran calidad. Y el tipo de experiencias que desean, refleja y refuerza sus identidades como personas creativas.

Les gusta la cultura de la calle, una mezcla vibrante de cafeterías, músicos callejeros, pequeñas galerías de arte y restaurantes, donde cuesta distinguir entre los participantes y los observadores, entre la creatividad y los creadores.

El nuevo estilo de vida no se basa en la "diversión": complementa la manera de trabajar de la clase creativa, por lo que constituye un elemento fundamental de su forma de vivir. Es una manera de desconectar y de recargar las pilas, es parte de lo que necesitamos hacer como personas creativas.

COMUNIDAD

En la cuarta y última parte, se describe cómo las regiones más prósperas acogen a todo tipo de personas y ofrecen diversas opciones. El proceso creativo florece en lugares que proporcionan un ecosistema amplio que nutre y fomenta la creatividad y la aprovecha para convertirla en innovación, en creación de nuevas empresas y, finalmente, en crecimiento económico y mejora del nivel de vida.

Cada lugar dispone de activos únicos para lograrlo. No hay una misma estrategia que sirva para todos. Cada lugar debe adaptar las ideas y las teorías desarrolladas en el libro para crear la estrategia que le "encaje" mejor.

La concentración de capital humano es un factor de mayor importancia que la concentración de empresas para el crecimiento económico. Pero ¿por qué se concentran las personas creativas en lugares determinados? Continuando con el autor, en general, puede considerarse que la calidad de ubicación tiene tres dimensiones:

  • Qué hay: la combinación de edificios y de entorno natural; un ambiente adecuado para llevar vidas creativas, que la próxima generación de tecnologías de energías renovables sea comercialmente competitiva.
  • Quién hay: los distintos tipos de personas, que interactúan y proporcionan estímulos de los que puede disfrutar todo el mundo y que permiten integrarse en comunidad, que la próxima generación de tecnologías de energías renovables sea comercialmente competitiva.
  • Qué pasa: la vitalidad de la vida en la calle, la cultura de los cafés, el arte, la música y las personas que participan en actividades al aire libre; en resumen, gran cantidad de actividades variadas, excitantes y creativas.

Aparte de esto, Florida propone un índice general de creatividad, que se basa en las puntuaciones de tres componentes: la tecnología, el talento y la tolerancia.

A partir de ahí, lo aplica a las regiones de Estados Unidos con más de un millón de habitantes y aconseja que sea utilizado como herramienta que permita centrar el esfuerzo estratégico en los aspectos donde se muestran más débiles.

En resumen, se trata de una obra de interés, por las novedosas aportaciones de algunos de sus capítulos en los que hay que reconocer el valioso esfuerzo realizado para demostrar que nada se distribuye de modo más desigual en el territorio que el conocimiento, la innovación y el capital humano pues, según sus palabras, "las personas y las empresas creativas se concentran por las importantes ventajas productivas, por las economías de escala y por todo el conocimiento que genera tal densidad".

En cualquier caso, se esté de acuerdo o no con sus afirmaciones, la capacidad del autor para reivindicar con argumentos el protagonismo actual del territorio y, en especial, de las ciudades en la era de la globalización, reinterpretar las claves del desarrollo urbano y plantear la necesidad de nuevas estrategias de promoción, supone un conjunto de aportaciones novedosas que deben animar a la realización de más estudios empíricos en nuestro entorno próximo, para contrastar o no la validez de sus argumentos.

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