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Autor
José González López de Guereñu (Director de la Feria Madrid es Ciencia)

Ciencia de todos y para todos

<strong>¿CULTURA CIENTÍFICA?<br /></strong><br />¿Quién a la salida del cine no comenta la película, quién no opina sobre una exposición de arte o quién no discute apasionadamente de política? Para ello no hace falta necesariamente ser un experto en el tema, es parte consustancial de nuestra vida; sin embargo cuando salta a la escena la ciencia, con frecuencia el panorama cambia y más de uno calla inseguro o comenta «a mí nunca se me dio bien la física...» cuando no es el manido «es que yo estudié letras». No deja de ser preocupante que en pleno siglo XXI, en el que la ciencia y la tecnología son una pieza clave para la comprensión del mundo e imprescindible para su desarrollo, persista esa actitud.
Para agravar aún más esta situación, el caudal de descubrimientos científicos aumenta de forma imparable mientras que la cultura científica del ciudadano medio sigue siendo muy escasa, con el consiguiente riesgo de que se ahonde el abismo ya existente.

Eso conlleva una creciente incomunicación entre ciencia y sociedad, un aumento del analfabetismo científico así como un auge, increíble pero constatable, de la pseudociencia en nuestra sociedad. Como dice Fernando García Alonso, director de la Agencia Española del Medicamento: «Vivimos en un mundo donde el discurso que vende es el mágico, el esotérico, el discurso del personaje, el mito. El discurso agarrado a la ciencia tiene muy poco éxito».

Por si fuera poco, el panorama se oscurece con la inaudita reducción del número de horas destinadas a la enseñanza de las ciencias en la educación secundaria y el peligroso descenso de las vocaciones científicas entre los jóvenes, la escasa inversión en i+d de la mayoría de nuestras empresas y la escasa valoración social de los profesores e investigadores. Está claro que ningún país en su sano juicio se puede permitir este suicidio, y es por ello por lo que las administraciones públicas tienen el deber de tomar medidas urgentes en este tema.

Así pues ¡Madrid, y en general España, tenemos un problema! La frase, acuñada precisamente en un contexto científico, el de la aventura espacial (Houston, we have a problem), ha pasado al acervo colectivo y se utiliza, en general con cierta ironía, cuando un asunto es grave, y éste que hoy nos ocupa lo es.


HAY QUE...

El diagnóstico es claro y los objetivos a lograr también.

Así pues, hay que... sacar la ciencia y la tecnología fuera de sus lugares habituales y acercarla al ciudadano, hay que... estimular su interés al permitirle participar en ella, hay que... mostrar su incidencia en el desarrollo de la sociedad, generadora de trabajo y de riqueza, hay que... entenderla como un patrimonio cultural enormemente valioso, hay que...

La Feria nació y ha crecido hasta convertirse en un referente nacional y único en sus características en Europa

Existen muchas vías para lograr estos objetivos y todas deben ser transitadas, pero con demasiada frecuencia los «planes» se empantanan en la formulación de ambiciosos objetivos; demasiados «hay que...» y escasas realidades.

En este contexto la Dirección General de Universidades e Investigación de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, dentro del Plan Regional de Investigación Científica e Innovación Tecnológica (PRICIT) promovió un Programa de cultura científica y participación ciudadana, del que nació, entre otras muchas acciones, hace ya nueve años, la Feria Madrid es Ciencia.

La Feria nació y ha crecido hasta convertirse en un referente nacional y único en sus características en Europa. Ha crecido en superficie, en el número de entidades y en el número de visitantes, pero ¿qué características tiene la Feria Madrid es Ciencia que la hace diferente de otros eventos similares?

UNA FERIA ACTIVA

La ciencia está en los museos, en los laboratorios de las universidades y centros de investigación pero sobre todo está en la vida de los ciudadanos: en el transporte, en la alimentación, en su salud, en la comunicación, en el ocio, en su ropa y en su móvil... toda una espléndida red de conquistas de la mente humana que nos permite vivir más y con mejor calidad de vida.

Quizás la clave del éxito de la Feria Madrid es Ciencia radica en el hecho de que sean sus propios protagonistas quienes muestren esa Ciencia y la Tecnología en toda su belleza y con todas sus implicaciones para nuestra vida diaria

Quizás la clave del éxito de la Feria Madrid es Ciencia radica en el hecho de que sean sus propios protagonistas (alumnos, profesores, investigadores,...) quienes muestren esa Ciencia y la Tecnología en toda su belleza y con todas sus implicaciones para nuestra vida diaria.

La Feria no es una feria al uso, de paneles informativos y maquetas estáticas, stands de diseño y azafatas, de ponencia y power-point. No, en la Feria se palpa la ciencia, se repiten aquellos experimentos que nunca hicimos en el Bachillerato, se interroga, se indaga y se pringa uno... literalmente con los materiales de los experimentos y también con las hipótesis, aquí no importa equivocarse. Así avanzó y avanzará la ciencia.

Además, de ese modo, no sólo se resuelve la demanda de información científica, sino que al poner en contacto directo a científicos y ciudadanos, se define un nuevo espacio social para la participación y el diálogo, uno de los grandes objetivos de la Feria.

LOS NÚMEROS CANTAN

Al entrar en la Feria, quizá lo primero que llama la atención es su enormidá (como decía en una encuesta un sorprendido visitante de 9 años): esta edición, la novena, ocupa dos pabellones 28 000 m2 de superficie, 220 entidades, más de 600 experimentos en directo y mucha, mucha gente: 3000 personas implicadas en el proyecto y previsiblemente 160.000 visitantes durante cuatro días agotadores.

4 días (24 al 27 de abril de 2008)
2.000 alumnos "jóvenes profesores"
36.000 alumnos visitantes
200 profesores de enseñanza general participantes
1500 profesores visitantes:
200 profesores universitarios e investigadores participantes
220 entidades participantes
147.500 visitantes(en la VIII Feria)

68 centros educativos,
9 universidades
33 centros de Investigación
17 museos de ciencia
20 entidades de la Administración
7 consejerías de la Comunidad de Madrid
26 fundaciones, asociaciones, ong's
40 empresas

No es fácil congregar a 220 instituciones en un mismo espacio, coordinar todas sus acciones y sus componentes, pero allí estarán todos aquellos que quieren y tienen algo que decir sobre la ciencia, tanto de nuestra Comunidad como de otras nueve del resto de España que nos visitan, con una concepción global que reúne en la Feria a todos los segmentos de la sociedad que pueden divulgar la ciencia.

UN LOGRO DEMOCRÁTICO

Pero los números no lo son todo. Lograr que la ciencia sea mostrada en igualdad de condiciones, tanto por jóvenes alumnos de colegios e institutos como por profesores de universidad y científicos de centros punteros de investigación, es algo impensable en una sociedad tan jerarquizada como la nuestra, y sin embargo en la Feria se ha hecho realidad, codo con codo, cada uno a su nivel.

Nuria, una niña de 7 años con su huevo que bota «porque el vinagre se ha comido la cáscara», o ese profesor de la Universidad Carlos III que mece orgulloso a su robot después de que haya logrado encontrar la salida en un complicado laberinto, los dos igualmente valiosos, daban una imagen perfecta de ese objetivo irrenunciable. ¿Cómo se puede medir la repercusión de ese logro auténticamente democrático? Quizá no se pueda ya.

Hubiese hecho falta un estudio longitudinal desde la primera Feria, pero lo que sí es seguro es que muchos de esos jóvenes, quizás Nuria también, se van a animar a recorrer el arduo camino desde el experimento maravilloso y divertido a la abstracción de las ecuaciones.

Abel Valdenebro. Feria


LA METODOLOGÍA CUENTA

Invertir en Nuria o en Iñaki, y por supuesto en nuestros actuales investigadores y sus proyectos es una apuesta segura y necesaria de todas las Administraciones para el futuro de nuestra sociedad

Que la ciencia se presente de forma atractiva o lúdica no implica necesariamente una falta de rigor. En un stand de la anterior edición, los visitantes jugaban con modelos geológicos sencillos hasta lograr encajar dos «continentes» (placa africana y placa sudamericana). Iñaki, un joven «profesor» de 15 años, alumno de instituto, les animaba entonces a "desnudar" la superficie para descubrir si coincidían o no las litologías de ambos; pero no se quedaba ahí, sino que seguía interrogando al público sobre los fósiles de una misma especie de reptiles que se encontraron en América y África: ¿Y cómo es posible que estuviesen en los dos continentes si no tenían alas?, dando así pruebas más consistentes de la deriva continental que la simple coincidencia geográfica. En esos momentos derrochaba la misma pasión que tuvo Wegener para convencer a una comunidad científica escéptica ante una teoría tan fantástica. Es un joven culto... ¡al menos en tectónica de placas! Eso es difundir la ciencia, acercarla al ciudadano haciéndola comprensible incluso en este caso de enorme complejidad espacial y temporal. Y eso tiene una importancia capital, porque en muchas ocasiones el lenguaje de la ciencia, incluido el de algunos divulgadores, es críptico, profundamente alejado del ciudadano medio.

Invertir en Nuria o en Iñaki, y por supuesto en nuestros actuales investigadores y sus proyectos es una apuesta segura y necesaria de todas las Administraciones para el futuro de nuestra sociedad.

EL SOPLIDO MÁGICO

- Oiga, ¿usted tiene soplido mágico?
Una carita morena de una niña de 8 años aguarda expectante tu respuesta.
- Pues no lo sé
- ¿Y le gustaría saberlo?
- Pues la verdad es que sí
- Entonces, acompáñeme...


Se deja uno llevar por esa "cazadora científica" hasta su stand donde espera el experimento que desvelará si tienes o no "soplido mágico". Dos vasos sobre unos lápices redondos y separados un par de centímetros...

- ¿Qué cree qué va a pasar si sopla entre los vasos?
- Pues que se van a separar, ¿no?
- Pues sople, sople...

(a duras penas reprime la niña su sonrisa de satisfacción al ver que has "picado")
Te agachas, soplas fuerte entre los vasos y ¡oh, sorpresa!, los vasos no se separan sino que se juntan.
- Pues tiene usted un buen "soplido mágico". ¿Le gustaría saber por qué se juntan en vez de separarse?
- Claro que sí, porque no entiendo lo que ha pasado.
- No es magia, es ciencia. Mire, antes de soplar hay aire por todas partes. Cuando usted sopla, quita el aire entre los vasos y el otro aire de los lados empuja un vaso contra el otro.

(la "profe" gesticula con sus deditos entre los vasos para reforzar su hipótesis y hacerla más comprensible)
-¡Aaah!, pues muchas gracias por la explicación.
- Espere, espere. ¿Sabe usted que hay una raya amarilla en los andenes del metro?. Está para no traspasarla; si se pone cerca del raya, al pasar el tren, quita el aire entre el vagón y su cuerpo, y el aire de atrás le empuja en la espalda sobre el tren.


Huelgan las palabras. La anécdota es real y resume muy bien el espíritu que se respira en la feria, ciencia en directo, con gracia y con metodología científica: planteamiento de problema, emisión de hipótesis, contrastación experimental, elaboración de una teoría explicativa e incluso una aplicación práctica en la vida cotidiana.
¡Qué buen vasallo si hubiese buen señor!, decía el Cantar del Mío Cid y ¡Qué buenos investigadores si hubiese buenos profesores, como ese anónimo profesor/a de mi "profe" morenita de 8 años!, podríamos afirmar nosotros.

UNA RED SOCIAL

El potencial innovador, la savia inagotable de los jóvenes ha atraído la atención de Museos y Centros de Investigación para seguir colaborando después de la Feria, así que ésta no se agota en esos cuatro días de locura sino que continúa en acciones como charlas para jóvenes, talleres conjuntos, proyectos de exposiciones, publicaciones (como la que edita Santillana de modo gratuito), etc.

Por otro lado, y cada vez con mayor interés, pretendemos que este enorme esfuerzo colectivo perviva en la web, www.madrimasd.org/madridesciencia, que no se agote como una llama hermosa pero efímera sino que se mantenga, y se nutra de otras colaboraciones en una experiencia colectiva sin precedentes que la herramienta wiki pone a nuestro alcance. Ese es uno de los retos actuales.

Además, los participantes interaccionan entre sí, profesores de secundaria con profesores de universidad e investigadores, empresarios emprendedores con la administración o grandes compañías, creándose así un tejido social entre personas y entidades que ha dado sus frutos.

La red se amplía a otras ciudades donde se desea implantar ferias similares y cuyos responsables nos han visitado para colaborar conjuntamente, Sevilla, Zaragoza, Valencia, Mallorca, Zamora, etc., e incluso a entidades como Ciencia Viva, de Portugal, y otros organismos europeos de divulgación.


Varios proyectos de la Feria han sido premiados en concursos prestigiosos, como Física en acción, Giner de los Ríos, etc. Algunos profesores han impartido cursos de formación de profesorado y en la Universidades, y otros colaboraron con editoriales que buscan en este «vivero» formas más originales de introducir los conceptos científicos. Una simbiosis perfecta.

Toda acción debe ser evaluada y, por ello, se encarga todos los años un estudio exhaustivo dirigido a conocer la opinión tanto de los participantes como del público asistente (puede consultarse en www.madrimasd.org).


En las gráficas se refleja la alta valoración obtenida y la concordancia de opiniones entre los distintos sectores encuestados en la última edición, pero la mejor evaluación será constatar, durante los cuatro días y por noveno año consecutivo, la pasión de los alumnos y profesores, científicos e investigadores, así como el interés de los miles de ciudadanos por una ciencia más cercana, ¡una ciencia de todos y para todos!

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