Entrevista a la Dra. Maria Eugenia Monge, Investigadora Adjunta de CONICET y responsable del Grupo de Espectrometría de Masas Bioanalítica del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION)
¿En qué consiste la actividad que organizas y cuál es su objetivo principal?
La actividad consiste en mostrar a los ciudadanos de qué se trata un laboratorio de investigación, en el cual utilizamos la técnica de espectrometría de masas como herramienta muy versátil de análisis e identificación de moléculas. Para ello, organizamos visitas guiadas al Laboratorio de Espectrometría de Masas del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION), en las cuales comentamos los distintos proyectos de investigación que llevamos adelante en el grupo de Espectrometría de Masas Bioanalítica y las múltiples capacidades de aplicaciones de estas plataformas de análisis para acercar la ciencia a la sociedad. En las visitas participan becarios, investigadores y profesionales de la carrera de personal de apoyo de CONICET que trabajan en el CIBION, que es una unidad ejecutora de CONICET, y que participa como partner del proyecto MARSU, que es uno de los proyectos de intercambio RISE financiados por el programa Horizonte 2020 en el marco de una acción Marie Slodowska-Curie (grant agreement N°690958.).
No es la primera vez que participas en La Noche Europea de los Investigadores. ¿Qué es lo más enriquecedor de formar parte de esta experiencia?
En 2018 participamos por primera vez en La Noche Europea de los Investigadores con esta propuesta y fue un éxito. Recibimos visitantes de diferentes edades y género, incluyendo niños muy curiosos que participaron activamente con preguntas sorprendentes.
Lo más enriquecedor de participar en este tipo de actividades de comunicación pública de la ciencia y la tecnología es acercar la ciencia a la sociedad y recibir la devolución de los ciudadanos en forma de agradecimiento por la realización de este tipo de tareas. Creo que es una forma también de demostrar a la sociedad la necesidad de invertir en educación, ciencia y tecnología para garantizar el progreso de un país. Somos todos los ciudadanos de un país los que tenemos que reclamar por el derecho a recibir una buena educación y a priorizar la inversión en ciencia y tecnología en beneficio de todos. A nivel personal me dio una gran satisfacción y alegría la participación de personas de todas las edades y particular de los niños.
Respecto de las diferencias en el tipo de público entre Europa y Argentina, aclaro que no he participado de esta actividad en Europa, a pesar de haber vivido allí durante casi 4 años. Sin embargo, conocí esta actividad en 2014 a través de mi hermana Alejandra que vivía en Perugia, Italia, quien ha participado de esta iniciativa a través de organismos regionales que articulan los proyectos europeos con los centros de investigación italianos.
¿Por qué te decidiste a participar? ¿Crees que estas actividades pueden resultar en un incremento de las vocaciones científicas entre los estudiantes de nuestra región?
Decidí participar porque creo en el objetivo de la propuesta que es fundamental para acercar la ciencia a la sociedad y fomentar las vocaciones científicas en los jóvenes. La ciencia se fomenta desde la primera infancia a través de la curiosidad y el juego. Por eso me alegra que este año se realice nuevamente la actividad en Argentina con sede en el Centro Cultural de la Ciencia, que es un lugar perfecto para centralizar este tipo de jornadas.
¿Cómo nació tu vocación científica? ¿Cuándo y por qué decidiste que querías ser científica?
Mi vocación nació desde pequeña queriendo conocer la composición de los objetos de uso cotidiano. Me interesaba saber de qué estaban hechos los objetos, los alimentos y los seres vivos y por eso decidí estudiar Química. Mis primeros pasos en investigación los di en el grupo de la Dra. Rosa Erra-Balsells, cuando aún era estudiante universitaria. Una vez que obtuve el título de Licenciada en Ciencias Químicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), decidí realizar la carrera de doctorado en el área de química inorgánica, analítica y química física en la UBA con la dirección del Dr. R. Martín Negri. Fue durante el período del doctorado y a raíz de mi primera estadía de investigación en el grupo de investigación de la Dra. Donatella Bulone en el Instituto de Biofísica de Palermo (Italia) que descubrí mi pasión y compromiso por la investigación. Durante mi formación posdoctoral también tuve el privilegio de trabajar con científicos brillantes como Christian George y Facundo M. Fernández que fueron estímulos y ejemplos en mi carrera. Esa vocación se concretó de alguna forma cuando en 2010, el Dr. Pedro F. Aramendía, director del CIBION, me contactó con una propuesta y un desafío muy interesante para volver al país y reincorporarme en 2014 al sistema científico nacional luego de haber vivido casi 6 años en Europa y Estados Unidos.
¿Qué importancia tiene la divulgación en tu día a día?
La divulgación científica contribuye para devolver a la sociedad de alguna forma la formación recibida a través de la educación gratuita en la Universidad Pública y para demostrar que vale la pena que el estado invierta en educación, ciencia y tecnología, algo que en otros países es una obviedad hace tiempo. La educación es el pasaporte para la independencia. En 2018 también he gestionado un convenio entre CONICET y la Fundación Pampa Energía, del cual soy representante técnico junto al director del CIBION, el Dr. Aramendía, para coordinar visitas de estudiantes de escuelas técnicas de Argentina al CIBION.
¿Qué le dirías a los jóvenes para incentivarlos a seguir una carrera científica?
Que la curiosidad y la creatividad no tienen límites en la ciencia. Las carreras científicas son largas y requieren de mucha dedicación, pero la satisfacción que produce una pequeña contribución es enorme y trabajar con amor y pasión en un proyecto científico es un privilegio.
¿Cómo vives la cuestión de género en tu labor y qué le dirías a las jóvenes que quieren hacer ciencia?
Durante muchos años viví con angustia la cuestión de género en Argentina. Trabajar como investigadora en Europa y Estados Unidos me ayudó mucho a combatir ciertos fantasmas relacionados a la cuestión de género en mi labor. Hoy existe un contexto diferente en el país y en la región latinoamericana respecto al rol de las jóvenes que quieren hacer ciencia y del cual me enorgullezco.
¿Cuál crees que es la opinión de los ciudadanos acerca de los científicos? ¿Sientes que se trata de una profesión reconocida y valorada?
Creo que progresivamente se ha ido acortando la brecha que existía en Argentina entre la comunidad científica y los ciudadanos y la gente valora cada vez más nuestra profesión. Sin embargo, sigue siendo una profesión poco reconocida y valorada por nuestros dirigentes políticos. Desde el estado tiene que haber una revalorización de la ciencia y la tecnología para promover mejoras en la calidad de vida de la sociedad, aportando nuevo conocimiento y soluciones.
¿Has recibido apoyo de programas europeos en tu carrera científica? ¿Crees que la cooperación entre Argentina y Europa hace un buen trabajo impulsando la investigación?
He recibido beneficios de iniciativas europeas a lo largo de mi carrera científica desde mi formación doctoral hasta la actualidad. En 2002, al iniciar mi doctorado, recibí una beca del Interuniversity Consortium Chemistry for the Environment con fondos de la Unión Europea para participar de la 5ta Escuela de posgrado de Verano de Química Verde, que tuvo lugar en la Universidad Ca’ Foscari, Venecia, Italia. En 2004, durante mi doctorado tuve la oportunidad de realizar mi primera estadía de investigación en Europa en el grupo de investigación de la Dra. Donatella Bulone en el Instituto de Biofísica de Palermo del Consiglio Nazionale delle Ricerche (CNR), Italia, con financiamiento europeo. En 2006, realicé una estadía de investigación de 2 meses en la Universidad de Amberes a través del proyecto MEDIS Alfa II-0547-FCD del sexto round del Programa Alfa de la Unión Europea, en el que participaba mi director de tesis.
En 2007, realicé una estadía posdoctoral de 3 meses nuevamente en el Instituto de Biofísica de Palermo, CNR, bajo la dirección del Dr. Pier Luigi San Biagio, con financiamiento de un proyecto de la región de Sicilia. Asimismo, entre 2008 y 2012 trabajé 3 años y medio en el grupo de investigación del Dr. Christian George en el IRCELYON, Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), Francia. Actualmente, soy el representante científico por Argentina de uno de los proyectos de intercambio RISE financiados por el programa Horizonte 2020 en el marco de una acción Marie Slodowska-Curie, denominado MARSU (del inglés MARine atmospheric Science Unravelled: analytical and mass spectrometric techniques development and application, http://marsu.era-orleans.org/), en el cual el CIBION participa como partner y cuyo coordinador en Europa es el Dr. Abdelwahid Mellouki (ICARE-CNRS, Francia). A través de este proyecto, 2 becarios posdoctorales y un becario doctoral de mi grupo de investigación así como también un profesional de la carrera de CPA en CIBION han realizado estadías de investigación en Francia y Alemania entre 2016 y 2019. Otros dos becarios de mi grupo de investigación realizarán estadías de investigación en Francia durante 2019 y yo también he realizado una estadía de investigación en IRCELYON-CNRS, Francia en 2019. De la misma forma, hemos recibido en CIBION al Dr. Christian George subdirector de IRCELYON-CNRS, a un estudiante de doctorado y una becaria postdoctoral, ambos miembros de su grupo de investigación en Francia y recibiremos el próximo mes una técnica profesional de IRCELYON en nuestro instituto. Actualmente, estamos escribiendo manuscritos sobre los hallazgos encontrados en los estudios realizados en colaboración entre los grupos de Francia, Alemania y Argentina para que puedan ser publicados en revistas internacionales de acceso libre y gratuito. La colaboración científica entre Europa y Argentina es muy sólida. Por lo tanto, es importante que se asegure la estabilidad de los proyectos de investigación en curso y se promueva el desarrollo de nuevos proyectos de investigación en colaboración.
Para terminar, vamos con un par de preguntas cortas:
¿Cuáles son tus hobbies?
Viajar, practicar yoga, estar en contacto con la naturaleza, cantar y jugar con mi hija Maite y charlar con amigos y mi familia.
Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a qué momento histórico te trasladarías?
Viajaría al futuro
Recomiéndanos un libro.
El Principito, de Saint-Exupéry.
¿Cuál es la última película que viste? ¿Y el último concierto al que asististe?
Vi Heidi junto a mi hija Maite, que tiene 5 años. El último concierto al que asistí, también con ella, fue Risas de la Tierra.