LA CELESTINA
La Celestina trata, como es sabido, de los desastrados amores entre los jóvenes Calixto y Melibea. Fascinado por la muchacha, Calixto decide recurrir a una vieja alcahueta, Celestina, para que disponga a Melibea a su favor. Tal hace sirviéndose de un cordón, objeto erótico, que le pide a la muchacha, y de un hilado que le hace comprar y ella se lo entrega, así como de un conjuro solemne a las deidades infernales. Calixto tendrá a Melibea en el precioso jardín de ella, pero sus criados y Celestina se pelearán por la recompensa, que aquéllos estiman insuficiente, Celestina es asesinada; sus matadores, los criados Pármeno y Sempronio, son ejecutados, Calixto muere al despeñarse tras uno de sus encuentros con Melibea en su jardín, y la enamorada se suicida.
¿Por qué nos interesa a nosotros, en esta sección "Novela y ciencia", La Celestina? Por el papel que la magia y, sobre todo, la ciencia cumplen en ella. Celestina sabe lo que hace; es una profesional a quien buscan los demás, entre otras cosas, para concertar amores: primero inquieta el corazón de la joven incitándola al goce de la vida; después le pide el cordón de su ropa para llevárselo a Calixto (episodio fetichista), le hace comprar un hilado y realiza un conjuro a Plutón. Celestina tenía en su casa un poblado laboratorio de hierbas, plantas medicinales y otros elementos de corte ritual. Pero, como ha escrito un estudioso, los hechizos "no eran producto de misteriosas iniciaciones satánicas, sino de un aprendido arte, algo así como una técnica en el manejo de ciertos recursos". "El proceder de Celestina no consiste en desplegar un conjunto de ritos de una monstruosa religión satánica (...) sino que practica un arte al que podemos llamar fisicoquímico", (J. A. Maravall), aunque utilice la magia como catalizadora. Reseña realizada por Miguel García-Posada