El Mal de Alzheimer se inicia mucho antes de que sea detectado por aquellos que sufren la enfermedad o por su médico.
Estudios anteriores han mostrado cambios en el cerebro que se producen de 10 a 20 años antes de que surjan los síntomas oficiales. Si los especialistas pudieran identificar los biomarcadores presentes en esta etapa tan temprana, podría existir la posibilidad de tratar antes la enfermedad, lo cual es vital para retrasar la aparición de daños en la memoria y en la capacidad de pensar de las personas afectadas.
La identificación de los biomarcadores clínicos es esencial cuando se buscan señales de alerta temprana de deterioro mental como el provocado por la enfermedad de Alzheimer.
Cada vez está mejor valorado como biomarcador de esta clase de declive cognitivo el conjunto de cambios que se producen en cómo caminamos y cómo nos movemos.
Un estudio de viabilidad realizado por el equipo de Lynn Rochester, de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido, muestra en sus conclusiones que unos sensores que se pudieran llevar puestos encima ofrecerían una buena forma de evaluar los cambios en cómo una persona camina y también podrían usarse para una vigilancia continua de cómo da sus pasos al andar durante sus actividades cotidianas.
En las pruebas realizadas durante el estudio, unos voluntarios llevaron colocado un pequeño sensor sobre la parte baja de su espalda. Realizaron en el laboratorio una serie de tareas que exigían andar, y después se fueron a casa, llevando puesto el sensor durante una semana, mientras efectuaban sus tareas cotidianas.
La manera en que alguien camina no se usa rutinariamente en las pruebas clínicas porque las herramientas necesarias solo suelen estar al alcance de los laboratorios especializados. "Los sensores ponibles en casa y en la clínica tienen el potencial de cambiar las investigaciones sobre la demencia", argumenta Rochester. "La capacidad de analizar la forma de caminar y de moverse en todos los aspectos de la vida es un paso adelante importante en la recopilación de datos". El análisis del estilo de zancada en casa es particularmente útil porque permite una observación objetiva de la actividad diaria de un individuo. También tiene la ventaja de proporcionar datos de manera continua a lo largo de un tiempo prolongado, lo cual podría ser mucho más útil que las evaluaciones puntuales.
De todos modos, habrá que investigar más para validar que el modo de andar es un marcador fiable y preciso de diagnóstico complementario para el Mal de Alzheimer y otras enfermedades mentales similares.
Se estima que unos 46,8 millones de personas en todo el mundo vivían con demencia de esta clase en 2015, y en vista del envejecimiento de la población en la mayoría de los países desarrollados, las predicciones sugieren que esta cantidad podría duplicarse hacia 2050.