Las variaciones del viento pueden elevar 1 grado centígrado la temperatura del agua en el fondo de placas de hielo flotante en la península, según un estudio.
El viento en la zona oriental de la Antártida favorece el deshielo en la península Antártica Occidental, situada a unos 6.000 kilómetros en el lado opuesto del continente blanco, según un estudio publicado en Australia. La investigación encontró que el viento en el este antártico puede generar un oleaje que se propaga alrededor del continente a unos 700 kilómetros por hora en lo que se conoce como ola Kelvin.
Según el estudio, cuando las olas alcanzan la pronunciada topografía submarina de la península estas empujan aguas más cálidas contra el hielo del litoral de esta zona, cercana a la corriente cálida que circunvala el polo sur. "Es esta combinación de disponibilidad de agua cálida y su transporte hacia la placa lo que ha causado un rápido deshielo a lo largo del sector antártico occidental en las últimas décadas", dijo el jefe del estudio, Paul Spence, en un comunicado de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
Spence precisó que ya se sabía que el agua cálida lograba acceder a la zona pero que hasta ahora se desconocía cómo lo hacía. También apuntó al cambio climático como posible causa de la variación del comportamiento del viento en la Antártida. La investigación determinó que estas variaciones del viento pueden elevar 1 grado centígrado la temperatura del agua en el fondo de placas de hielo flotante en la península.
Spence subrayó las implicaciones que pequeños aumentos de la temperatura pueden tener en la capa de hielo y advirtió que el deshielo antártico podría contribuir a un aumento del nivel del mar de un metro a finales de siglo con el ritmo actual de emisiones.
El estudio fue publicado en Nature Climate Change, una semana después de que se revelara el desprendimiento de uno de los mayores icebergs, de unos 5.800 kilómetros cuadrados, del segmento Larsen C de la península antártica.