Una investigación en la que participa el profesor del <a href="https://www.uah.es/es/conoce-la-uah/campus-centros-y-departamentos/departamentos/Fisica-y-Matematicas/" target="_blank" title="Departamento de Física y Matemáticas UAH">Departamento de Física y Matemáticas</a> de la Universidad de Alcalá (UAH) Eduardo González Alfonso abre una nueva vía para estudiar cómo se transforman las galaxias luminosas en galaxias 'muertas' y cómo se forman y crecen los agujeros negros en los centros galácticos.
El artículo Primera detección de la transición de H2O a 448 GHz en el espacio (Pereira-Santaella, González-Alfonso, Usero, et al., 2017, A&A, 601, L3), en el que ha colaborado activamente el profesor González Alfonso, ha sido publicado recientemente en la revista de investigación Astronomy & Astrophysics, la principal en astrofísica de las publicadas en Europa, que ha seleccionado el artículo como uno de los más destacados en lo que va de 2017.
El agua (H2O) es una de las especies moleculares más abundantes del Universo, pero en nuestra galaxia está en su mayor parte en estado sólido (hielos adheridos a los granos de polvo interestelar). No obstante, en los núcleos de las galaxias luminosas se observa una gran acumulación de H2O en estado gaseoso, asociada a fuertes brotes de formación estelar. Gracias al uso del interferómetro ALMA (Chile), un conjunto de 50 antenas que observan a la vez la misma fuente (lo que incrementa enormemente el área recolectora y mejora drásticamente la resolución angular), los investigadores han podido observar que ese disco nuclear, de tamaño inferior a la centésima parte de la distancia que separa la Tierra del centro de nuestra galaxia, contiene una asombrosa cantidad de H2O, equivalente a 30 billones (millones de millones) de veces el agua contenida en todos los océanos de la Tierra.
Estos discos nucleares galácticos pueden resultar claves para nuestra comprensión de la transformación de galaxias con enormes brotes de formación estelar en galaxias "elípticas", sin apenas formación estelar y por tanto 'muertas' (dicho en argot astrofísico), y en la formación y crecimiento de agujeros negros súper-masivos en los centros galácticos. Una investigación que contribuirá a observar en detalle y comprender la evolución cósmica de las galaxias luminosas.