El agua es crucial para la vida en la Tierra. En la actualidad, no obstante, la sobreexplotación y la contaminación suponen un problema para el medio ambiente, las economías y las condiciones de vida en el planeta.
Estos retos se abordan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y en la Semana Mundial del Agua, que está teniendo lugar entre el 26 y el 31 de agosto en Estocolmo (Suecia).
La Semana Mundial del Agua ofrece una oportunidad perfecta para que miles de participantes del mundo académico, la industria y la administración intercambien ideas sobre el tema de este año: "agua, ecosistemas y desarrollo humano". Organizada por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI), este foro promueve la colaboración para resolver las crisis hídricas que se avecinan. El acontecimiento, además, tiene lugar en un momento en que Europa se está recuperando de un verano excepcionalmente seco y cálido, lo que ha provocado una fuerte sequía en países nórdicos como Suecia y Dinamarca.
Dentro de su participación en la conferencia, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha organizado conjuntamente una sesión sobre el uso de macrodatos y observación de la Tierra para la vigilancia del ODS 6 (Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos). La ESA reconoce la urgencia de los objetivos relacionados con este recurso.
Su escasez afecta a más del 40% de la población mundial y, según las Naciones Unidas, para el año 2050 se espera que una de cada cuatro personas viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce debido al cambio climático y a otras causas. Por su parte, el Informe Global de Riesgos 2018 del Foro Económico Mundial sitúa las crisis hídricas en la primera posición de los cinco grandes riesgos para la sociedad.
"La Semana Mundial del Agua constituye la ocasión ideal para compartir información sobre un recurso cada vez más escaso, al tiempo que seguimos trabajando con los usuarios de datos de nuestros satélites para desarrollar prácticas de consumo de agua sostenibles mediante proyectos innovadores" afirma Benjamin Koetz, científico que desarrolla nuevas aplicaciones para la Dirección de Programas de Observación de la Tierra de la ESA.
Los satélites son una herramienta esencial para registrar y monitorizar los cuerpos de agua desde el espacio. Los instrumentos ópticos y de radar permiten identificar cambios en la superficie, mientras que los espectrómetros miden la calidad aplicando algoritmos al color del agua. La misión sobre la humedad del suelo y la salinidad de los océanos de la ESA, SMOS, también cartografía la humedad del suelo para proporcionar un sistema de alerta temprana en caso de sequía y condiciones meteorológicas extremas.
En respuesta a la necesidad creciente de información hídrica en los países de África, las iniciativas TIGER y EO4SD de la ESA están brindando su apoyo a las autoridades nacionales y transnacionales en materia de agua para el uso de datos satelitales en la gestión del abastecimiento.
En el caso de TIGER, la universidad sudafricana de Stellenbosch aplica software de aprendizaje automático a los datos de las misiones Sentinel-1 y Sentinel-2 de Copernicus para vigilar los niveles de la presa Theewaterskloof, una fuente de agua importante para la región del Cabo Occidental, que incluye la Ciudad del Cabo.
Por otra parte, la ESA ha lanzado la primera base de datos integral de las actividades que llevan a cabo la agencia y sus proveedores de servicios para hacer realidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entre ellas se encuentra el sistema de reciclado de aguas grises operado en la base Concordia de la Antártida. El agua usada para lavar o cocinar se recicla gracias a un proceso multifásico en el que se emplea una estructura cerámica en forma de panal y sembrada de orificios 700 veces más pequeños que un cabello humano, seguida de un par de membranas que suministran agua limpia. El proyecto responde a cuatro ODS y está supervisado por la Dirección de Exploración Humana y Robótica de la ESA. Este tipo de tecnologías también se aplicaron en una universidad marroquí para proporcionar agua dulce y energía a 1.200 estudiantes a partir de aguas subterráneas ricas en nitratos y fertilizantes mediante energía solar y eólica.
GlobWetland constituye otro ejemplo de la contribución de la ESA a los ODS. Este proyecto incluye el desarrollo de un Sistema Mundial de Observación de los Humedales y el uso de información satelital para medir el estado ecológico de los humedales en África. Estas extensiones son vitales para la diversidad biológica y los ecosistemas del planeta, de los que depende la supervivencia de innumerables especies de flora y fauna.
El proyecto también servirá de preparativo para la explotación de los nuevos satélites Sentinel del programa Copernicus. En particular, la misión Sentinel-2 proporcionará observaciones ópticas sistemáticas de todas las zonas terrestres y costeras. GlobWetland forma parte del esfuerzo por cumplir las obligaciones de la Convención de Ramsar sobre los humedales, que entró en vigor en 1975. Además del ODS 6, el proyecto también responde directamente al ODS 15 (Vida en la Tierra).
Estos son tan solo algunos de los proyectos de la ESA que contribuyen a conservar el agua y a cumplir los ODS correspondientes. Otras actividades en las áreas de tratamiento de aguas residuales, uso agrícola del agua y recuperación del agua a partir de residuos orgánicos también luchan contra la escasez hídrica.
"La amplia variedad de los proyectos de la ESA en respuesta a los ODS muestra el gran potencial de la tecnología espacial para resolver distintos problemas hídricos en sectores diversos -apunta Koetz-. El compromiso de la ESA en este ámbito respalda los esfuerzos por luchar contra la crisis hídrica desde múltiples frentes y en colaboración con actores internacionales como el PNUMA, la UNESCO y el Banco Mundial".
Los datos satelitales de la ESA nos recuerdan constantemente que el agua es un recurso valioso en la Tierra. Al ayudar a autoridades, agencias de Naciones Unidas, bancos de desarrollo y científicos a identificar posibles puntos problemáticos, la ESA contribuye a mitigar los efectos del cambio climático a la vez que persigue los Objetivos de Desarrollo Sostenible.