El poeta estadounidense nos ofrece su particular versión de las andanzas y propiedades de esas curiosas partículas atómicas que son los neutrinos
El conocido y polifacético escritor norteamericano John Updike, (1932-2009), autor de un buen puñado de magníficas obras como la serie de novelas sobre su famoso personaje Harry Conejo Angstrom, (de las que dos de ellas: Conejo es rico, Conejo en paz le permitieron ganar sendos Premios Pulitzer en 1982 y 1991), fue también un estimable poeta. En 1960 publicó en la revista New Yorker el poema Cosmic gall, (incluido con posterioridad en su poemario Telephone Poles de 1963), cuya versión en español, Descaro cósmico, hemos encontrado en el libro de memorias El Quark y el Jaguar: aventuras en lo simple y en lo complejo del premio Nobel Murray Gell Man. En dicho poema, Updike nos ofrece su particular versión de las andanzas y propiedades de esas curiosas partículas atómicas que son los neutrinos. No se centra – como ocurre en otros poemas que se han dedicado a los neutrinos - en su modestia: ese no molestar y no dejar huella de los neutrinos, sin carga y sin apenas masa. Lo que destaca Updike de los neutrinos es su descaro y su indiscreta presencia entre nosotros. “¡Se infiltran en ti y en mí! Como altas / E indoloras guillotinas, caen / Sobre nuestras cabezas en la hierba…” En definitiva, los neutrinos le parecen unos groseros.
Más información en el blog La alegría de las musas 2.
Descaro cósmico
Los neutrinos son muy pequeños.
No tienen carga ni masa
Y no interaccionan en absoluto.
La tierra es sólo una tonta pelota
Para ellos, que la atraviesan como si nada,
Como una doncella por un salón impoluto
O como fotones por una lámina de cristal.
Desprecian el gas más exquisito,
Ignoran la pared más sustancial,
Hombros de acero, latón resonante,
Insultan al semental en su establo,
Y, burlándose de las barreras entre clases,
¡Se infiltran en ti y en mí! Como altas
E indoloras guillotinas, caen
Sobre nuestras cabezas en la hierba.
Por la noche, entran en Nepal
Y traspasan al amante y a su amada
Desde debajo de la cama - a ti te parece
Maravilloso; yo digo que es grosero.
John Updike. (Reading, Pennsilvania – USA, 1932, Beverly Farms, Massachusetts –USA, 2009)