Los sistemas de ventilación de nuestros edificios son insuficientes para mantener los virus respiratorios a raya. Expertos opinan que ha llegado la hora de cambiarlos
Aunque las vacunas y las máscaras sean nuestras pincipales armas en la lucha contra la pandemia, no hay que olvidar que muchos problemas de salud pública se resolvieron mediante cambios de infraestructura. Por ejemplo, Londres puso punto final a la epidemia de cólera de Londres del siglo XIX gracias a una mejora de su sistema de alcantarillado.
Algo parecido proponen algunos de los científicos entrevistados por la periodista de ciencia Sarah Zhang para este artículo en The Atlantic. Si sabemos que el coronavirus y otros virus respiratorios se transmiten principalmente por el aire, ¿por qué no cambiar los edificios para que el aire se renueve más a menudo?
Hacerlo tendría unos grandes costes económicos, pero podría ser la forma de acabar de una vez por todas, no solo con el coronavirus, sino también con el resfriado, la gripe y muchos otros patógenos que se transmiten por el aire.