Las cabras parecen distinguir cambios emocionales sutiles en los balidos de otras cabras y su ritmo cardíaco también varía si esos gritos son positivos o negativos, según un estudio publicado en la revista "Frontiers in Zoology"
Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres midieron los cambios psicológicos y de comportamiento de las cabras para determinar si podían diferenciar los balidos vinculados a emociones positivas y negativas, añade el análisis divulgado este martes.
Los expertos notaron que, cuando la emoción de un balido cambiaba, era distinto el interés de la cabra por mirar hacia la fuente del sonido, lo que hizo pensar que pueden distinguir el contenido emocional del grito de otro animal de su género.
Además, el cambio del ritmo cardíaco de las cabras era mayor cuando el animal escuchaba un balido positivo en comparación con uno negativo, añade el análisis.
Balidos de cabras
Para esta observación, los expertos grabaron balidos de cabras que transmitían emociones positivas y negativas, para colocarlos después -alternando los distintos gritos- a través de un altavoz a fin de que fueran escuchados por otra cabra.
Estos estudios muestran que las cabras no solo pueden distinguir los distintos balidos basados en las emociones, sino que sus propias emociones también se ven afectadas al cambiar el ritmo cardíaco.
Esta investigación contó con la colaboración de la Universidad de Roehampton, la escuela ETH de Zúrich y la Universidad de Turín.
“No está aún bien entendida”
La comunicación de las emociones en animales que no son humanos “no está aún bien entendida” pero estos resultados sugieren que los animales “son sensibles al estado emocional de otros individuos”, señaló Luigi Baciadonna, líder del estudio de la Queen Mary.
El artículo dice que muchos animales sociales que viven en condiciones medioambientales en las que a veces no es posible el contacto visual entre ellos, parecen diferenciar su estado emocional en virtud del tipo de balido que escuchan cuando no se ven.
“Expresar emociones utilizando la vocalización y poder detectar y compartir el estado emocional de otro animal de la misma especie puede facilitar la coordinación entre individuos de un grupo y fortalecer el vínculo social y la cohesión de grupo”, afirmó Elodie Briefer, colaborador del estudio de ETH Zúrich.
Alan McElligott, de la Universidad Queen Mary, consideró que esta investigación puede ser importante a la hora de considerar cómo cuidar a estos animales, en particular especies de ganado.