Entrevista a Inés Noguero, promotora del proyecto de oxigenoterapia para pacientes con enfermedades respiratorias leves Oxygen19
¿Cómo surge la idea de diseñar un dispositivo de oxigenación por electrólisis para los pacientes con insuficiencia respiratoria por COVID-19?
Hubo un momento, en pleno pico de la pandemia, en el que pensamos que debido a que se estaban priorizando los casos más graves, quizá aquellas personas que sufrían la enfermedad pero de manera más leve no estaban recibiendo la atención necesaria. Entonces pensamos que podríamos hacer un cambio en ese sentido, y ahí es cuando mi padre tuvo la idea de hacer este dispositivo, que además es una forma de producir oxígeno que no se utiliza en el mercado actual y la verdad es que era perfecto para la ocasión. Aunque luego le hayamos encontrado utilidades más allá de la pandemia.
¿Cómo funciona el dispositivo? ¿Dónde radica su originalidad?
Se trata de un dispositivo de oxigenoterapia que sirve para proporcionar una pequeña cantidad de oxígeno para pacientes con enfermedades respiratorias leves.
El aspecto es el de un humidificador doméstico, con un tanque con agua y una parte electrónica. El dispositivo generaría oxígeno con un proceso de hidrólisis, que separa el agua en hidrógeno y en oxígeno a través de electricidad, y ese oxígeno que se genera en el interior del dispositivo se le administra directamente al paciente a través de unas gafas nasales.
La diferencia con las bombonas de oxígeno es que solamente necesitas tener agua y rellenar ese tanque, o sea que ni siquiera es tan costoso para ti buscarte las botellas o estar pendiente de estar repostando. Existen otros dispositivos en el mercado que son concentradores de oxígeno y lo que hacen es tomar el aire del ambiente y con unos filtros se enriquece el aire que se le aporta al paciente en oxígeno. La diferencia es que nosotros conseguiríamos un oxígeno puro con este mecanismo, e incluso estábamos pensando en que podría ser más sencillo a la hora de producirlo, y por lo tanto sería escalable de forma más fácil. Y como tienen unos componentes sencillos se puede hacer de forma local también.
Háblanos de vuestra experiencia en el Hackathon ‘Vence al virus’ de la Comunidad de Madrid el pasado mes de abril.
Estábamos en medio del confinamiento cuando se nos ocurrió la idea y vimos que cumplía las bases de la convocatoria perfectamente y que la podíamos presentar y tratar de que se llegase a materializar. Muchos de los componentes del equipo somos ingenieros biomédicos además y pensamos que era la oportunidad perfecta de poder aportar algo útil en la situación tan difícil en la que nos encontrábamos inmersos.
La Fundación madri+d está siendo nuestra guía en el proyecto porque nos está ayudando a encauzar todos nuestros esfuerzos
Pero resultar uno de los veinte proyectos seleccionados de los más de 750 que se presentaron al hackathon fue una verdadera sorpresa y gracias a eso estamos pudiendo continuar con el proyecto en unas líneas y a un nivel que nosotros al principio ni nos planteábamos. Porque nosotros tuvimos la idea, hicimos un equipo bastante multidisciplinar pero que no dejaba de ser técnico, y gracias a haber ganado el hackathon tenemos el apoyo de personas con otros perfiles que nos están ayudando a materializar la idea y de expertos en los temas que nosotros no controlábamos mucho.
¿De qué manera os está ayudando la Fundación para el Conocimiento madri+d?
La Fundación madri+d nos está proporcionando un seguimiento durante seis meses y de momento nos ha estado ayudando mucho, está siendo nuestra guía en el proyecto porque nos está ayudando a encauzar todos nuestros esfuerzos. Nos está poniendo en contacto con gente que es experta en temas de negocio, en asesoría jurídica y legal… Y próximamente nos va a ayudar con el tema de la patente y con todos los procesos para obtener la certificación médica del dispositivo. En este punto hay que decir que aunque fue creado en un contexto de COVID, pensamos que tiene utilidad en otras enfermedades respiratorias, sobre todo de cara a la atención domiciliaria, porque es un dispositivo que te lo puedes llevar donde quieras, sin depender de ninguna botella de oxígeno, sino simplemente rellenando el tanque con agua.
¿En qué punto se encuentra el proyecto en la actualidad?
Actualmente nos encontramos en la parte de la formación de la empresa, el pacto de socios entre todo el equipo de cara la búsqueda de financiación para desarrollar el prototipo inicial y después realizar una investigación que nos lleve a un dispositivo que sea lo más eficiente posible, por ejemplo determinando cuál es el tipo de agua más idóneo. Es un tema en el que nos queremos centrar ahora mismo. Una de las líneas de investigación en la que queremos avanzar es comprobar si utilizar un tipo de agua destilada puede influir en el proceso de electrólisis y qué diferencias presenta respecto al agua del grifo.
Para finalizar, háblanos del equipo humano que está detrás del proyecto.
El germen del proyecto lo formamos varios amigos ingenieros de diferentes disciplinas: ingenieros biomédicos, ingenieros químicos e ingenieros de telecomunicación. Luego, en el transcurso del Hackathon, se nos unieron otros perfiles que confiaban en la idea y que están aportando muchísimo al desarrollo del proyecto, miembros de IMDEA Energía y de la empresa Insyte, sin cuya experiencia no habríamos logrado todo lo que estamos consiguiendo. Todos juntos somos Oxygen19. Y yo creo que esa es la fuerza de nuestro proyecto.
