En la búsqueda de planetas capaces de albergar vida, un equipo internacional de investigación ha dado un importante paso adelante
Una de las razones por las que la búsqueda de planetas similares a la Tierra ha resultado infructuosa hasta ahora es que se ha realizado en el rango del infrarrojo cercano, a pesar de que los planetas similares a la Tierra que podrían tener agua son más brillantes en el rango del infrarrojo medio. Sin embargo, es precisamente en ese rango donde las mediciones con telescopios normales son difíciles, porque es en esta banda del espectro electromagnético donde la Tierra y su atmósfera también son más brillantes. Esto significa que las débiles señales de los exoplanetas (planetas de fuera de nuestro sistema solar) en el infrarrojo medio se pierden en un “ruido de fondo” especialmente intenso.
El equipo de Anna Boehle, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich (ETH), ha podido superar ahora esta dificultad y realizar mediciones en el rango del infrarrojo medio. Ella y sus colegas utilizaron el VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral en Chile para examinar las estrellas A y B del sistema solar Alfa Centauri, situadas a unos 4,4 años-luz de la Tierra.
Para poder detectar las débiles señales de los posibles planetas en torno a ellas, los investigadores no solo procesaron un inmenso caudal de datos, sino que también emplearon dos sofisticadas técnicas de medición. Una de las técnicas fue utilizar en el telescopio un nuevo espejo secundario, deformable a voluntad, que permitió corregir las distorsiones que la luz cósmica entrante sufre al pasar a través de la atmósfera terrestre. La otra fue utilizar un coronógrafo para bloquear alternativamente la luz de cada una de las estrellas a intervalos muy cortos. Esto permitió a los científicos reducir aún más el ruido de la señal mientras examinaban el entorno de ambas estrellas.
"Nuestros resultados indican que, en principio, este proceso permite descubrir planetas de tipo terrestre más pequeños capaces de albergar vida", explica Boehle, "y representa una clara mejora respecto a los métodos de observación anteriores".
De hecho, en sus datos los investigadores encontraron una señal luminosa que podría proceder de un planeta del tamaño de Neptuno. Este exoplaneta, aparentemente en órbita a Alfa Centauri A, estaría ubicado en una franja orbital alrededor de su sol en la cual es factible la existencia de agua líquida (el calor recibido de la estrella no es ni excesivo ni demasiado escaso), por lo que podría ofrecer condiciones adecuadas para la vida.
"Si esta señal procede o no de un planeta requiere investigar más ", advierte Boehle. "Para ello, tenemos previsto combinar las mediciones infrarrojas con otros métodos de medición".
El estudio, titulado “Imaging low-mass planets within the habitable zone of α Centauri”, se ha publicado en la revista académica Nature Communications.