La descomunal onda de choque fue producida por la colisión de dos cúmulos de galaxias hace 1.000 millones de años
Hace alrededor de mil millones de años, tuvo lugar una colisión de proporciones épicas entre dos cúmulos de galaxias. Y ese encuentro descomunal produjo las más monstruosas ondas de choque nunca vistas por el hombre. Hoy, la intensa luz en forma de ondas de radio de esas ondas, que se siguen propagando por el espacio, ha llegado hasta los telescopios de los astrónomos, que han podido determinar su extensión: 6,5 millones de años luz, es decir, 65 veces más de lo que mide nuestra galaxia de extremo a extremo. La colisión, según los investigadores, es uno de los eventos que más energía ha liberado en el Universo desde el mismísimo Big Bang,
El Universo en que vivimos está poblado por billones de galaxias que no se distribuyen uniformemente por el espacio, sino que se agrupan, formando gigantescas estructuras. Las galaxias individuales se unen en grupos, los grupos de galaxias en cúmulos, los cúmulos en super cúmulos... Los grupos de galaxias viajan formando enormes filamentos de luz, atraídas por la gravedad de los supercúmulos, los 'nodos' de la inmensa 'telaraña cósmica' que configura nuestro Universo. Y en ocasiones, dos cúmulos de galaxias empiezan a atraerse gravitatoriamente, lo que conduce a una inevitable colisión. Se trata de los eventos más poderosos que ocurren desde que el Universo se formó, y pueden generar espectaculares 'fuegos artificiales' que son captados por los radiotelescopios.
Pero no solo eso. Cuando dos cúmulos de galaxias chocan, producen dos ondas de choque, algo similar a los estampidos sónicos de los aviones supersónicos, pero de proporciones gigantescas. Y eso es precisamente lo que ha podido ver un equipo internacional de astrónomos con el radiotelescopio MeerKAT, en Sudáfrica, formado por 64 antenas individuales de 13,5 metros de diámetro cada una y uno de los mayores del mundo. La colisión entre los dos cúmulos de galaxias responsable de esas ondas de choque está formando el súper cúmulo llamado Abell 3667. El trabajo se acaba de publicar en 'Astronomy & Astrophysics'.
En su artículo, y bajo la dirección de Francesco de Gasperin, de la Universidad de Hamburgo, los investigadores llevaron a cabo el estudio más detallado hasta el momento de esas ondas de choque cósmicas. "Estas estructuras -explica de Gasperin- están llenas de sorpresas y son mucho más complejas de lo que pensábamos al principio. Las ondas de choque actúan como aceleradores de partículas gigantes que aceleran los electrones a velocidades cercanas a la de la luz. Cuando estos electrones rápidos cruzan un campo magnético, emiten las ondas de radio que vemos. Los choques están entrelazados por un patrón intrincado de filamentos brillantes que rastrean la ubicación de las líneas de campo magnético gigantes y las regiones donde se aceleran los electrones”.
Abell 3667, pues, aún se está formando. Por el momento consta de 550 galaxias, y las ondas de choque se propagan a través de él a unos 1.500 km/s, lo que significa que el frente de choque atravesaría toda la Tierra en el tiempo necesario para leer esta frase.
El tamaño de la onda de choque principal es impresionante, ya que abarca todo el ancho del cúmulo de galaxias con un tamaño total de 6,5 millones de años luz. A modo de comparación, la Vía Láctea, la galaxia en la que vivimos, es unas 65 veces más pequeña.