La investigación con primates no atraviesa un buen momento, algo que puede tener consecuencias en el desarrollo de medicamentos
Los humanos les debemos mucho a los monos. Desde las vacunas contra el coronavirus, la fiebre amarilla y el sarampión, al uso de la anestesia. También fueron los experimentos con primates los que permitieron establecer protocolos para el trasplante de órganos y desarrollar tratamientos contra enfermedades como el HIV, la lepra, el lupus y la diabetes, entre otras.
Pero de un tiempo a esta parte, una tormenta perfecta está haciendo cada vez más difícil el empleo de primates en investigación biomédica. Lo cuenta la periodista de Mother Jones, Jackie Flynn Mogensen en este reportaje.
Foto de portada: Sharp Photography