Puede parecer extraño, pero el cerebro combina información de diferentes sentidos para reconocer como propias las partes de nuestro cuerpo. Esto se puede comprobar con un experimento conocido como la “ilusión de la mano de goma”.
Consiste en esconder de la vista una de las manos de un voluntario y colocar en su lugar una mano de goma. A continuación, se estimulan simultáneamente ambas manos, la de verdad y la de mentira. Con ello se consigue engañar al cerebro, que en un determinado momento empieza a sentir la mano de plástico como si fuera propia. La ilusión funciona porque el cerebro combina lo que ve (la mano falsa) con lo que siente (la estimulación).
Fotografía: Marco Verch