Hasta ahora se pensaba que sólo los humanos somos capaces de diferenciar cantidades numéricas pares e impares. Resulta que no
Uno de los primeros hitos del aprendizaje matemático en niños es la distinción entre números pares e impares. No es algo baladí. La clasificación numérica se considera un rasgo importante de la capacidad de pensamiento abstracto, característico de los seres humanos.
Pero recientemente un grupo de investigadores australianos ha desmostrado que las abejas también son capaces de discriminar entre números pares e impares. Para ello entrenaron a las abejas asociando cartas con números pares e impares del uno al diez a una bebida dulce o amarga. Una vez entrenadas, las abejas son capaces de escoger la bebida dulce incluso cuando se le muestran cartas con números nuevos, como el once o el doce.
No es la primera proeza matemática que consiguen estos insectos. En otros experimentos se ha demostrado que son capaces de sumar y restar, por ejemplo. Eso, unido a su facilidad para aprender y ser entrenadas las han convertido en un perfecto animal modelo para este tipo de estudios.
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