En los bosques boreales de Canadá y Alaska, el fuego es capaz de permanecer bajo el suelo durante el invierno y resurgir de nuevo cuando las temperaturas vuelven a subir
Protegido por la capa de nieve, el fuego va consumiendo poco a poco la capa orgánica de los suelos. Además, como llega poco oxígeno, el proceso es lento, Esto hace que la combustión se pueda alargar en el tiempo hasta que la nieve se derrita y la presencia de combustible en la superficie permita que se expandan de nuevo.
Aunque la existencia de estos “fuegos zombis” ya era conocida, ahora un grupo de investigadores ha diseñado un algoritmo que, en combinación con imágenes de satélite, permite identificarlos.
El artículo original ha sido publicado en Nature, pero puedes leer reportajes en español sobre este trabajo en medios como Agencia SINC o Vozpopuli