La curiosidad indomable de uno de los pioneros de la microscopía le llevó a realizar grandes descubrimientos
Aunque no tenía formación científica, Anton van Leeuwenhoek pasó a la historia como el descubridor de los espermatozoides. Lo cuenta Inés Mármol en este artículo en Jotdown que ha sido finalista del último Concurso de Divulgación Científica que organiza la revista todos los años.
Mármol nos cuenta cómo van Leeuwenhoek, aprendiz de un comerciante de telas, fue perfeccionando las lupas que usaba en su oficio hasta convertirlas en verdaderos microscopios. Gracias a esos aparatos fue el primero en observar la multitud de vida microscópica que nos rodea, hecho por el cual está considerado uno de los padres de la microbiología. Su curiosidad también le llevó a descubrir los espermatozoides, un hallazgo revolucionario para su época.
Foto de portada: Ciencias españolas