La malaria fue común en Europa durante siglos y no se erradicó del continente hasta hace unos 50 años. Se piensa que pudo haber contribuido a la caída del Imperio Romano
El pasado domingo, 25 de abril, se celebró el Día Mundial de la Malaria, una enfermedad que a día de hoy sigue causando 400.000 muertes al año.
A pesar de que solamos pensar en ella como una enfermedad tropical y la asociemos a las frondosas florestas de Sudamérica, la malaria fue común en Europa durante siglos. Llegó al contienente americano por medio de los colonizadores europeos, que la importaron de Europa y también de África a través de la trata de esclavos.
De hecho, el término malaria proviene del italiano “mala aria”, o sea “aire malo”, ya que se creía que se transmitía a través de la respiración. Hoy se sabe que detrás de la malaria se encuentra un pequeño microorganismo del género Plasmodium que se transmite a través de las picaduras de mosquito.
Se han encontrado evidencias en restos humanos de más de 2.000 años de antigüedad que sugieren que la malaria ya se cobraba víctimas durante el Imperio Romano. Y hay incluso quien especule que la enfermedad pudo contribuir a la caída de Roma.
Foto de portada: AFPMB/Flickr