Un pequeño error de programación causó esta semana la caída de algunas de las webs más visitadas de internet. Y es que a veces, las cosas son más complicadas de lo que parecen
Vivimos en un mundo donde comportamientos triviales, como abrir el agua del grifo o mirar el reloj, esconden complicados mecanismos que pocas veces alcanzamos a entender. En este artículo publicado en The Atlantic, Samuel Arbesman cita algunos ejemplos interesantes y argumenta que esa complejidad solo se vuelve evidente cuando algo falla.
Para los que se hayan quedado con ganas de más, el autor del artículo tiene un libro donde desarrolla esta idea. El libro se llama “Demasiado complicado: la tecnología en los límites de la comprensión”.