Los cachalotes jugaron un papel clave en la determinación de la primera estructura de una proteína
Durante los años 40, John Kendrew y otros investigadores del laboratorio Cavendish, en Cambridge, intentaban obtener la primera estructura tridimensional de una proteína mediante el uso de una técnica llamada cristalografía de rayos X.
El problema principal al que se enfrentaban los científicos era que necesitaban obtener grandes cantidades de la proteína que querían estudiar. Decididos a analizar una proteína de la sangre llamada mioglobina, comenzaron por intentar extraerla de corazones de caballo. Sin embargo, los resultados no eran satisfactorios.
Kendrew y sus compañeros decidieron entonces intentar extraer mioglobina de animales acuáticos, muchos de los cuales usan esta proteína para poder pasar largos intervalos de tiempo sin respirar. Probaron con carne de tortuga, foca, delfín y otros animales marinos hasta que finalmente descubrieron que la carne de cachalote era perfecta para preparar las muestras cristalográficas.
Durante los primeros años de investigación aprovecharon que, ante el panorama de escasez casuado por la guerra, Reino Unido había probado a suplementar su oferta de carne tradicional con carne de cachalote. Más tarde, cuando la situación cambió, pasaron a importarla desde Perú.
Gracias a las muestras de carne de cachalote, Kendrew y su colega Max Perutz consiguieron determinar la estructura de la mioglobina, lo que les valió el Premio Nobel de Química en 1962.
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Fotografía:
Gabriel Barathieu/Wikimedia Commons