Desde los años 30 del pasado siglo se sospechaba que las ballenas jorobadas podrían usar sus aletas pectorales para “pastorear” a sus presas y agruparlas antes de llevárselas a la boca. Pero hasta hace pocos años no se tenían pruebas de que este comportamiento realmente existiese.
En 2019, un artículo publicado en The Royal Society Open Science demostró que las sospechas eran ciertas. En el estudio, llevado a cabo en la costa de Alaska, los investigadores mostraron con vídeos e imágenes cómo las ballenas utilizaban la formación de burbujas y el movimiento de sus aletas para capturar ejemplares juveniles de salmón.
La técnica de caza, conocida como “pastoreo pectoral”, se puede apreciar bien en este video: