Un proyecto de investigación de Medialab-Matadero reflexiona sobre los átomos a partir de un hongo descubierto en Chernóbil
En 1991, cinco años después del accidente nuclear más famoso de la historia, un grupo de científicos descubrió un moho oscuro en las paredes interiores de uno de los reactores de la central de Chernóbil. Investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos estudiaron el moho y describieron una nueva especie a la que llamaron Radiotrophic fungus.
El artista y arquitecto Fernando Cremades ha usado ese mismo nombre para bautizar a su proyecto de investigación en Medialab-Matadero. A lo largo de los próximos meses, Cremades trabajará el tema de la radiactividad y reflexionará sobre posibles aplicaciones del hongo de Chernóbil, que es capaz de usar la radiactividad para crecer. Podéis leer más sobre el proyecto aquí y aquí.