La historia cruzada de las maquinillas desechables de afeitar y la Primera Guerra Mundial
Hasta el siglo XX, para afeitarse los hombres normalmente acudían al barbero. No era práctico tener cuchillas en casa ya que necesitaban ser afiladas cada poco tiempo, además de oxidarse rápidamente. Pero a principios del siglo, la coincidencia de dos eventos hizo que el afeitado pasase a ser una práctica casera y cotidiana en todo el mundo.
Por un lado, el norteamericano King Camp Gillette inventó en 1901 la maquinilla de afeitar, cuya principal innovación era el uso de cuchillas desechables y de bajo coste producidas a partir de acero. El otro evento clave fue la Primera Guerra Mundial. A los soldados alistados se les ofrecía un kit de afeitado y el ofrecido por Gillette, con sus cuchillas desechables y siempre afiladas, acabó imponiéndose a los de las demás marcas. Se dice también que el afeitado en los soldados era muy importante, ya que la barba podía impedir un sellado adecuado entre la cara y las máscaras de gas.
De manera más o menos accidental, Gillette también creó el lamado “freebie marketing” en el que un artículo se vende muy barato o casi gratis (en este caso la maquinilla) para aumentar las ventas de otro (las cuchillas).
Podéis leer más en este artículo sobre afeitado en la Primera Guerra Mundial y este otro sobre la vida de Gillette.