Estos animales recogen agua de mar en sus tejidos, agregan materiales y los organizan en grandes partículas de carbonato de calcio de forma rápida y estable.
Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) han obtenido pruebas de que la especie de coral conocida como Stylophora pistillata, puede construir su esqueletos de carbonato de calcio de forma más rápida y en piezas más grandes de lo que se creía hasta ahora. Esta característica permitiría a los arrecifes resistir la acidificación de los oceános.
El trabajo, publicado en Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, señala que la Stylophora pistillata forma las moléculas que forman el esqueleto del arrecife dentro del tejido coralino, por lo que puede continuar haciéndolo incluso en océanos acidificantes. Para los expertos, si hay otras especies de coral que se comportan de manera similar, se podrían evitar las crisis ecológicas a gran escala que sufre esta especie.
Los corales son colonias de pequeños animales que encajan en estructuras óseas hechas de carbonato cálcico mineral, el mismo material que forma las conchas de otras criaturas marinas. Su papel en la creación de hábitat para diversos ecosistemas ha llamado la atención de los investigadores durante décadas a la hora de estudiar su comportamiento y su formación.
A pesar de las numerosas investigaciones que se han hecho al respecto, los científicos no han sido capaces de decantarse entre dos teorías competidoras en esta materia. La idea clásica es que estos animales dependen en gran medida de un fluido rico en calcio con el que, lentamente, añaden minerales al esqueleto. La otra evidencia apunta a un papel mucho más activo de los propios corales: cogen agua de mar, la concentran y añaden una molécula a sus esqueletos.
Para este trabajo, su autor principal, Pupa Gilbert, hizo un 'mapeo' de los componentes que forman las estructuras del arrecife usando luz de alta energía. Este método le ha permitido distinguir diferentes minerales y crear un mapa, pixel por pixel, de los esqueletos en crecimiento de la Stylophora pistillata. Al final, vieron partículas formadas por formas inestables y amorfas de carbonato de calcio cerca de las superficies en crecimiento de los esqueletos de coral.
"Algunas de las partículas eran comparativamente grandes: 400 billonésimas de un metro de diámetro, que es más de 500 veces el tamaño de un solo grupo de carbonato de calcio", apunta el trabajo. Los investigadores también observaron evidencias de que los precursores inestables cristalizaban en aragonita, la forma estable de carbonato de calcio que forma esqueletos de coral maduro.
"Estos son los mismos precursores vistos en biominerales de erizo de mar yabulón, que son organismos diferentes. El hecho de que utilicen exactamente el mismo mecanismo para formar sus esqueletos es realmente sorprendente", ha indicado Gilbert.
Con este hallazgo, Gilbert propone que el proceso de estos corales es recoger agua de mar en sus tejidos, agregar materiales y organizarlos en grandes partículas de carbonato de calcio amorfo. "Sólo entonces los animales transportan estas partículas y las unen a sus esqueletos en crecimiento, donde se convierten lentamente en la aragonita estable", apunta el científico.
Según señala, este patrón de crecimiento es 100 veces más rápido que el crecimiento molécula por molécula que se creía hasta ahora. Esta teoría está, además, en línea con las mediciones anteriores acerca de la rapidez con que crecen los corales.
NO ESTÁN A MERCED DEL OCÉANO
Pero este trabajo también supone un gran avance en materia medioambiental, ya que muestra la existencia de un papel activo de los corales en el desarrollo de sus esqueletos y que éstos no están enteramente a merced de la composición química del océano.
Así, los expertos indican que, aunque se sabe que las condiciones ácidas disuelven el carbonato de calcio, el método de construcción de esqueleto que se ha observado en este estudio debería ser mucho más estable frente a los océanos acidificantes. "Aunque los niveles crecientes de dióxido de carbono atmosférico están acidificando los océanos, el nuevo trabajo sugiere que los corales podrían resistir esteestrés", apunta la investigación.
"Si este modo de formación se verifica en otras especies de coral, entonces podría ser un mecanismo más general, y eso nos permitiría predecir que los corales realmente se forman igual de bien en océanos acidificantes", ha concluido Gilbert.