Espacios robotizados permiten a investigadores realizar experimentos a miles de kilómetros de distancia
Se les llama “cloud labs”, algo así como “laboratorios en nube” y escribe sobre ellos la periodista de ciencia Carrie Arnold en un artículo para Nature. En estos espacios las máquinas reemplazan a los investigadores en el trabajo manual de laboratorio. Las ideas siguen siendo humanas, pero los protocolos se transforman en código que luego dice a los robots lo que tienen que hacer, con un alto nivel de precisión y reproducibilidad.
Los defensores de este nuevo modelo dicen que este tipo de laboratorios podría aumentar la accesibilidad de la ciencia, haciendo que personas sin recursos necesarios para hacer experimentos testen sus hipótesis, a pesar de que por el momento son todavía caros. Los más críticos argumentan que este aumento de la accesibilidad podría ser peligroso, abriendo las puertas a un uso negligente e incluso terrorista.
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Tecnalia