Los resultados de una nueva investigación indican que para el año 2050 el hielo marino veraniego en esa región se habrá reducido drásticamente
Una investigación ha explorado la cuestión de si antes de que acabe este siglo dejará de haber en el Ártico hielo marino que dure todo el año.
Con el calentamiento global, el hielo marino de verano en el Ártico se ha ido reduciendo rápidamente, y ahora abarca sistemáticamente menos de la mitad de la superficie que tenía a principios de la década de 1980. Esto plantea una pregunta preocupante: Si la tendencia se mantiene, ¿en el futuro quedará alguna zona del Ártico que albergue hielo marino durante todo el año? De la respuesta a esta pregunta depende que perdure o no el hábitat tradicional de diversas poblaciones de animales.
El nuevo estudio, realizado por el equipo de Robert Newton, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty, dependiente de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, ha permitido obtener datos que responden a esa pregunta.
El estudio se centró en una región de un millón de kilómetros cuadrados al norte de Groenlandia y en las costas del archipiélago canadiense, donde el hielo marino que dura todo el año ha sido tradicionalmente más grueso y, por tanto, probablemente más resistente.
Los resultados de la investigación indican que, tanto en un escenario optimista como en otro pesimista, para el año 2050 el hielo marino veraniego en esa región se habrá reducido drásticamente.
En el escenario optimista, si las emisiones de carbono pueden reducirse lo suficiente, una cantidad modesta de hielo podría persistir cada verano, por tiempo indefinido.
Sin embargo, en el escenario pesimista, en el que las emisiones siguen el curso actual, para el año 2100 no habrá hielo marino capaz de durar todo el año. En los veranos, el Ártico se quedará sin hielo, y criaturas como las focas y los osos polares se quedarán sin su hábitat tradicional.
El estudio se titula “Defining the 'Ice Shed' of the Arctic Ocean's Last Ice Area and Its Future Evolution”. Y se ha publicado en la revista académica Earth's Future.