Varios expertos en la materia desmontan todas las licencias creativas de la película <em><a title="Life" href="http://skydancemedia.com/film/life/" target="_blank">Life</a></em> (Vida), que se estrena este viernes.
Por cada película de alienígenas, cientos de preguntas. Y pocas respuestas. La disyuntiva de saber si estaba solo en el universo siempre ha preocupado al ser humano, pero a pesar de las numerosas misiones espaciales y los avances en la materia, todavía no se ha podido demostrar la existencia de otras formas de vida. La ciencia ficción, alimentada por esa curiosidad que mueve al mundo y le hace traspasar los límites del globo terráqueo, se ha convertido en nido de cavilaciones sobre el tema. A las películas nunca les ha temblado el pulso a la hora de idear invasiones alienígenas o imaginar posibles contactos con marcianos. Con apariencia humana, grises o verdes, que se comunican mediante códigos o, como en Life (Vida), dirigida por Daniel Espinosa, con tentáculos y agresivos. Extraterrestre clásico vs. Tentáculos.
"Cuando aparece el extraterrestre clásico, antropomorfo, se hace alusión a uno que se desarrolla en una atmósfera gaseosa. Pero si lo hiciese en un medio líquido, donde no hay limitaciones por la gravedad ni necesidad de tener un esqueleto óseo como el de los seres humanos... que se desarrollase como un pulpo no sería descabellado", explica Domingo Marquina, del departamento de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y miembro del Comité Científico de la Red Española de Planteología y Astrobiología (REDESPA).
En la película, que se estrena este viernes, una expedición de astronautas consigue una muestra de Marte: un ejemplar totipotente. De una única célula que los científicos del filme consiguen reactivar, cultivándola en un laboratorio de la estación espacial, surge un organismo multicelular: todas sus células pueden ser el sistema nervioso, el muscular, el cerebro... Revivido el espécimen, Life (Vida) se convierte en un pulso entre la supervivencia y el deber, entre el instinto.. y la ética. El organismo lucha por alimentarse, y los protagonistas, por contener la contingencia y evitar que llegue a la Tierra.
¿Es posible que una célula recogida en Marte se multiplique formando un organismo más complejo? ¿Son los agentes externos peligrosos o lo son los seres humanos intentando colonizar otros planetas? Ante la falta de evidencias, la ficción imagina y la ciencia estudia. Por eso, mientras el cine se sigue nutriendo de un universo intangible, los expertos se acogen a lo que sí saben. A la ética, que impide misiones tripuladas al planeta rojo para evitar una contaminación con microbios de la Tierra, o a las precauciones, pensando constantemente protocolos con los que cauterizar cualquier tipo de amenaza, si es que la hubiera.
"HAY QUE SER PRECAVIDOS"
Aunque, según Felipe Gómez, miembro del Centro de Astrobiología del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, atendiendo a las estadísticas de la historia de la humanidad, esta es poco probable: "Cuanto más avanzada es la civilización, menos probabilidad de que sea belicosa", asegura y, aunque no sería extrapolable porque es una conjetura basada en si estos seres fuesen como nosotros, advierte sobre la necesidad de "ser precavidos, como Stephen Hawking, que es más pesimista, porque según los antecedentes, siempre que dos civilizaciones se encuentran, la inferior termina desapareciendo".
Más que errores, estos especialistas califican el imaginario del filme como 'licencias creativas' que dan más emoción a la trama. "Si en las dos primeras tomas matas al agente biológico, se acaba la película", bromea Marquina. Según este experto, "en el proceso de congelación habría que evitar que se forme vidrio para que no se desgarre el tejido". Sin embargo, la muestra que toman de Marte en Life (Vida), al estar congelada "debería tener cristales y degradarse cuando se baja tan de golpe la temperatura".
Pero no es la única licencia que se permite el filme. "Aquí el gran error es que las barreras se van abriendo una tras otra. La primera, la campana de manipulación; la segunda, el laboratorio, que debe estar herméticamente cerrado y con un sistema de gases que destruya todo agente biológico; la tercera, la propia nave", continúa el miembro del Comité Científico de la Red Española de Planteología y Astrobiología. Fuera de la pantalla, tampoco se conseguiría tan fácilmente reactivar una sola célula: "El 90% de los microorganismos vivos no son cultivables porque no conseguimos las condiciones idóneas", admite Susana Serrano, compañera de Marquina en el departamento de Microbiología de la UCM. "Y el guante, en un protocolo de una misión, no se rompería nunca", apuntilla Felipe Gómez.
De lo que no parece dudar ninguno es de la posibilidad de que exista vida fuera del planeta. "Aunque no hay señales, es imposible que no haya vida extraterrestre", sostiene Gómez, mientras que Serrano, asegura: "Que haya un ser inteligente, tal y como entendemos la inteligencia, es decir, capaz de tomar decisiones y de distinguir el bien y el mal… yo creo que no, pero que puede existir un ser vivo como el de la película… tenemos en la Tierra una diversidad de seres vivos tan enorme… que podríamos esperar algo parecido".