• Mi monstruo favorito

    Qué va a pasar cuando mi novia sepa
    que no puedo vivir sin tus pseudópodos,
    sin tu horrible humedad en mi bolsillo.
    Qué va a pasar cuando descubra un día
    las huellas de tu baba entre mis dedos,
    y empiece a hacer preguntas, y la rabia
    y los celos se agolpen en sus ojos,
    y yo confiese al fin que la he engañado
    contigo, y que no puede comparársete,
    y le enseñe orgulloso el agua sucia
    donde se reproducen nuestros hijos.
    Que va a pasar cuando no entienda nada
    y nos denuncie a Sanidad.

  • Lamelibranquios

    Lateralmente asimétricas
    las acéfalas conchas, valvas
    abriéndose o cerrándose a medida
    que el peligro decrece, el vicio incide.

    Cuántas fuerzas para enterrarse en sí
    perdiendo el todo contacto con el mundo.
    Cuántos incluso con ese desparpajo
    y ese aire indecible de voluntad.

    Asifonados o sifonados sois
    - según la fórmula de Claus -
    de andares triangulares comprimidos,
    quien lo pudiera sobre el campo azul.

    Rocas, arena, maderámenes
    guarden los sabrosísimos moluscos.

  • Sobre la convulsión

    Si los muchachos traviesos
    de aguda fiebre están presos
    y no pueden defecar,
    si no duermen y se aterran,
    si sus ojos nunca cierran
    para dejar de llorar,
    si el color del cuerpo todo
    mudan también de tal modo
    que unas veces cual carmín
    se presenta enrojecido,
    y otras de verde teñido,
    y otras es lívido en fin:
    una convulsión impía
    debe temerse a fe mía,
    sobre todo si la edad
    no han cumplido de siete años,
    porque están aquestos daños
    más expuestos en verdad.

  • Yuri Gagarin

    Las estrellas se juntan alrededor de la tierra
    Como ranas en torno a una charca
    A discutir el vuelo de Gagarin.
    Ahora sí que la sacamos bien:
    ¡Un comunista ruso Dando de volteretas en el cielo!
    Las estrellas están muertas de rabia
    Entretanto Yuri Gagarin
    Amo y señor del sistema solar
    Se entretiene tirándoles la cola.


    De Canciones rusas. 1964-1967

  • Lágrima de negra

    Encontré una negrita
    que estaba llorando
    y le pedí una lágrima
    para analizarla.

    Recogí la lágrima
    con mucho cuidado
    en un tubo de ensayo
    esterilizado.

    Miré de un lado,
    de otro y de frente
    y me pareció una gota
    muy transparente.

    Encargué los ácidos,
    las bases y sales,
    agentes usados
    en asuntos tales.

    Ensayé en frío,
    también en caliente,
    y todas las veces
    hallé lo de siempre:

    No hay rastro de negro,
    ni signos de odio.

  • Fabulita

    Juan tenía un diamante que valía,
    y, por querer saber lo que tenía,
    la química estudió, y ebrio, anhelante,
    analizó el diamante.

    Mas ¡oh, qué horror!... Aquella joya bella,
    lágrima, al parecer, de alguna estrella,
    halló, con rabia y con profundo encono,
    que era sólo un poquito de carbono.

    Si quieres ser feliz como me dices,
    no analices, muchacho, no analices...

  • El algebrista

    Con música del tango Mano a mano

    Algebrista te volviste
    refinado hasta la esencia
    oligarca de la ciencia
    matemático bacán.
    Hoy mirás a los que sudan
    en las otras disciplinas
    como dama a pobres minas
    que laburan por el pan.

    ¿Te acordás que en otros tiempos
    sin mayores pretensiones
    mendigabas soluciones
    a una mísera ecuación?
    Hoy la vas de riguroso
    revisás los postulados
    y junás por todos lados
    la más vil definición.

  • El tren expreso. (fragmento)

    VII
    Las cosas que miramos
    se vuelven hacia atrás en el instante
    que nosotros pasamos,
    y conforme va el tren hacia adelante,
    parece que desandan lo que andamos;
    y a sus puestos volviéndose, huyen y huyen
    en raudo movimiento
    los postes del telégrafo clavados
    en fila a los costados del camino,
    y como gota a gota, fluyen, fluyen,
    uno, dos, tres y cuatro, veinte y ciento,
    y formando confuso y ceniciento
    el humo con la luz un remolino,
    no distinguen los ojos deslumbrados
    si aquello es sueño, tromba o torbellino.

  • Fragmento de poesía

    En mi garganta quedará un silencio
    interminable gritando tu ausencia
    injusta y dolorosa para siempre.

    Corría Andalucía por tus venas
    Inundándonos con la luz del sur
    Y tu casa y tu vida eran las nuestras

    Y te queríamos porque eras tú
    Y en ti todos soñábamos estrellas.

  • El ángel de los números

    A Eduardo Rodrigáñez


    Vírgenes con escuadras
    y compases, velando
    las celestes pizarras.

    Y el ángel de los números,
    pensativo, volando
    del 1 al 2, del 2
    al 3, del 3 al 4.

    Tizas frías y esponjas
    rayaban y borraban
    la luz de los espacios.

    Ni sol, luna, ni estrellas,
    ni el repentino verde
    del rayo y el relámpago,
    ni el aire. Sólo nieblas.

    Vírgenes sin escuadras,
    sin compases, llorando.