• La muerte del capitán Cook

          Cuando le preguntaron cómo era Grecia, habló de una larga
    fila de casas de salud levantadas a orillas de un mar cuyas
    aguas emponzoñadas llegaban hasta las angostas playas de
    agudos guijarros, en olas lentas como el aceite.

          Cuando le preguntaron cómo era Francia, recordó un
    breve pasillo entre dos oficinas públicas en donde unos guardias
    tiñosos registraban a una mujer que sonreía avergonzada,
    mientras del patio subía un chapoteo de cables en el agua.

  • Los átomos. ejemplos de cuerpos invisibles

    Ahora, pues, ya que te he mostrado que las cosas no pueden crearse de la nada ni, una vez engendradas, tampoco volverse a la nada, no sea que con todo comiences acaso a desconfiar de algún modo de mis palabras porque los elementos esenciales de las cosas no pueden verse con nuestros ojos, presta atención además a los cuerpos que es necesario que tú mismo admitas que existen en las cosas y que no pueden verse.

  • Museo de historia natural

    Encerrados en un espacio distante
    perfeccionan allí la estabilidad de no ser
    más que inmovilidad de animales simbólicos
    la escorzada pantera, el mono encadenado
    y la fidelidad que representa el perro
    echado ante los pies de la estatua yacente;
    adquieren aridez en la luz incisiva
    bajo las losas de cristal del domo,
    traslúcido animal que no perece.
    La boa suspendida
    por cuatro alambres tensos sobre cartón pintado
    no es más que el concepto de boa.

          Agavillados
    bajo un domo distante, la memoria

  • Undécima poesía vertical

    En el resumidero universal de los sueños
    se acumula todo cuanto el hombre ha soñado,
    pero además los otros sueños
    que completan la parábola:
    los sueños animales, vegetales,
    los sueños ciegos de las cosas,
    los sueños mudos de los dioses,
    los sueños abortados de la nada.

    Y si no podemos conjeturar
    en qué orden se han ido almacenando,
    es probable que no haya tabique divisor
    y una secreta ósmosis
    los comunique unos con otros
    y por lo menos allí se interpenetren,
    como los huesos del osario,
    el polen en el aire,

  • ¿empezó todo, hermano…?

    ¿Empezó todo, hermano, al final o al principio?

    [.]

    ¡Cómo se hizo a la vida el peral trasplantado!
    Audaz la savia trepó por sus sentidos
    ¡Cómo clamó la luz al laborioso cielo de las fotosíntesis!

    ¡Y cómo fue durando a través del invierno!

    Podas le malhirieron normas de candelabro artificiosas como galgas
    forzaban su figura hacia un gusto francés
    Le salieron varices arterias de ciudades

    Desde el remoto reino de la fruticultura mil audaces calígrafos
    le tuvieron pendiente de un peral no visible
    ideado muy lejos

  • Espirales

    Huidizas ninfas del eterno afluente,
    os persigo en la vida de las cosas,
    en los bucles del agua sucesiva,
    en volutas de humo y de viñedos,
    en capiteles de dulzura jónica.
    Y busco traducir para el idioma
    de la brava confianza
    vuestra regocijada geometría.
    Espirales, supremas
    formas de la sagrada turbulencia,
    que giráis en el gozo del derviche,
    en la línea intrincada del calígrafo
    cuando ilumina el vasto evangeliario,
    y en nobles caracoles esculpidos
    en la piedra caliza:
    sois el eco del tiempo en pura roca.

  • En memoria de Sigmund Freud ([FRAGMENTO])

    Cuando hay tantos a los que lloraremos
    y el dolor es tan público, y se ha expuesto
    a críticas de todo un tiempo
    lo frágil de la angustia y la conciencia,

    ¿de quiénes hablaremos? Se nos mueren
    a diario los que hacían el bien,
    conscientes de que nunca era
    bastante, intentando mejorar.

    Así fue este doctor: a los 80
    pensaba en nuestra vida aún: caótica,
    que siempre un vago futuro
    somete con halagos o amenazas.

    Pero no pudo ser; cerró los ojos
    ante una imagen última y común:
    los problemas como familia
    confusa, celosa de nuestra muerte.

  • Las letanías de satanás

    ¡Gloria a ti y alabanza, Satán, en las alturas
    del Cielo en que reinaste: y gloria en las negruras,
    del Infierno en que sueñas silencioso y vencido!
    Haz que un día mi espíritu repose complacido
    contigo, bajo el Árbol de la Ciencia, ¡oh Satán!,
    cuando, moderno Templo, sus ramas se abrirán.

  • Canción del explorador

    Qué otra cosa podría ver un explorador cansado
    dentro de los límites de un metro cuadrado de tristeza
    sino Caminos que los limoneros acompañan, sino Colinas
    y ondulados Campos donde el vino ya se presiente

    Qué podría ver sino Islas de Cristal, Ciudades
    plateadas, áureas, Amaneceres, Barcos Rojos
    que tripulaciones enloquecidas llevan sin rumbo

    Serpientes gigantescas, tigres, podría ver también
    ballenas blancas sumergiéndose en un océano cálido

    Podría ver dos mujeres de vestidos anaranjados
    sentadas junto a una pared incendiada por el sol

  • Oda a Antonio José Cavanilles

    Dulcísimo instrumento
    Que siempre me das gusto
    Ven a mi mano: ven en buena hora
    ¡Oh Lira queridísima! pues siento
    Que Febo me transporta en modo augusto
    Y que cantar me ordena
    Un alto asunto nuevo
    Y a su región me elevo
    Sin poder apagar aunque quisiera
    La llama que en mi pecho reverbera
    Canta, Rizo amado,
    Atiéndeme te pido,
    Y oirás lo que Minerva muy gozosa
    Ayer hacía, quando yo en el Prado
    Me paseaba en sus flores divertido
    A tiempo que la hermosa
    Aurora refulgente
    Mostraba en el Oriente
    Su faz amable llena de alegría