• El astronauta prepara el descenso

    La enorme luna blanca está tan cerca
    y aún no puedo creer que soy yo el elegido
    para dejar mi huella en sus desiertos.

    Todo es ya la blancura.
    Miro entre olas de sombra a la ballena blanca del cielo.

    Hijo de turbias razas que temieron la noche,
    las ideas oscuras, los dioses, las pieles oscuras,
    ahora soy el ápice del arpón antiquísimo
    que codicia la carne de este planeta blanco.

    Alguien sabe en lo alto que estoy girando en tomo de la luna.
    No puedo recordar en este instante si
    Él habló de la luna en sus parábolas.

  • Cuenta darwin que tiraba de la cola

    Cuenta Darwin que tiraba de la cola
    de una tortuga con todas sus fuerzas
    cuando ella se dio vuelta y lo miró
    como diciendo: «¿Por qué me hacés esto?».
    El sabio, que a la sazón tenía
    26 años, pensó que era un poco
    ridículo contestarle. Además
    ¿qué podía decirle?

  • Método

    La sombra del pájaro que vuela
    se proyecta en el vacío.
    Hay que tener el instrumental de los poetas para verlo.
    Si es así, escribirás un paper, perdón, un verso
    y lo publicarás no sin cierto orgullo.
    También puedes ser aire y sentir su peso.
    Le ayudarás en su vuelo sin más recompensa.
    Al final, el pájaro y su sombra se posarán
    sobre la rama que mece tu olvido.

  • Agua geométrica

    Círculos dan las aguas temerarias
    estas aguas sin duda inteligentes
    a la lluvia de fúnebres tangentes
    y de cuerdas y cuerdas sanguinarias

    Dan a las bisectrices funerarias
    ángulos estas aguas transparentes
    lados a las guadañas congruentes
    estas aguas sin duda solitarias

    Crecida el agua por la lluvia: dados
    líquidos cuerpos a la mar crecida
    tangentes cuerdas bisectrices lados

    llueven y llueven cada vez más fuerte
    y al darle muerte al agua de la vida
    les dan vida a las aguas de la muerte

  • Pruebas de la existencia de diosi. el argumento del relojero

    Mientras me ducho, se va la luz y
    la casa se queda en extremo silenciosa. Bien,
    tengo una pila de pijamas y calcetines sucios
    en la lavadora y, estando en posesión de un doctorado,
    conjeturo que probablemente el cableado no soporta
    a un tiempo el agua caliente (la ducha lleva
    fluyendo un buen rato, lo admito) y la colada.
    Así que me apresuro hacia el garaje, pulso
    unos cuantos interruptores, pero la bombilla roja
    (15 A) sigue roja.

  • El preludio. libro xiii (fragmento)

    De la Naturaleza viene la emoción; y los estados
    De quietud son igualmente don suyo:
    Ésta es su gloria; estos dos aspectos
    Son los cuernos que, mellizos, constituyen su fuerza.
    De ahí que el Genio, que prospera con el cambio
    De la paz y excitación, en ella encuentre
    Su mejor amiga y la más pura; de ella toma
    Esa energía con la que busca la verdad,
    De ella esa calma venturosa de la mente
    Que lo inclina a recibirla aun sin buscarla.

  • Átomo

    En el átomo de esperanza que sostengo
    La vida se inquieta,
    Se manifiesta.
    Quisiera romper el nudo que lo apresa,
    Que lo corroe,
    Que lo lleva por sendas perdidas,
    Por rutas macabras
    Por tierras vencidas,
    Quisiera ver la cara del hombre
    Que se pierde en el caos infinito.
    El hombre sin rostro que busca la verdad

    Que muere cada día...
    Cada palabra...
    Cada vez que pronuncia
    ¡Queremos Libertad!

  • Números

    De los números naturales  sólo pocos se destacan,  particularmente notables  que a otros números opacan.     Números primos, cuadrados perfectos  son ejemplares singulares  de numerales selectos,  de inolvidables propiedades.     Y entre los números importantes  no soy yo la excepción,  seguro que me has visto antes,  pero ahora adivina quién soy.     Pues si mi propia raíz cuadrada  a mí mismo me restan,  por una gracia solo a mí reservada  el resultado es justo treinta. 

  • Parábola del triángulo

    Había una vez
    dos ángulos inferiores
    que planeaban eliminar
    al ángulo superior

    Olvidaron sin embargo
    un principio elemental

    Ningún triángulo puede existir
    con dos ángulos

    Perpetrado el crimen
    y como era de esperar
    el triángulo completo
    desapareció del mapa
    Y con él los victimarios

    En el diseño del universo
    nadie está libre de cavarse
    su propia tumba

  • Números

    Tenías abecedario
    innumerable de estrellas;
    clara
    ibas poniendo la letra,
    noche de agosto.
    Pero yo, sin entenderla,
    misterio, no la quería.
    Aquí en la mesa de al lado
    dos hombres echaban cuentas.
    Más bellas que los luceros
    fúlgidas, cifras y cifras,
    cruzaban por el silencio,
    puras estrellas errantes,
    señales de suerte buena
    con largas caudas de ceros.
    Y yo me quedé mirándolas:
    -iqué constelación perfecta
    tres por tres nueve!- olvidado
    de Ariadna, desnuda allí
    en islas del horizonte.