• (infierno canto xxxiv) (LA DIVINA COMEDIA)

    Antes que de lo oscuro me desgaje,
    maestro, dije cuando estaba erguido,
    sáqueme de mis dudas tu lenguaje.
    ¿Dónde está el hielo? ¿y como está invertido
    éste?

  • Materia mental

    ¿Cuál es el sentido del Universo?
    ¿Hacia dónde caminan mundos y galaxias?
    ¿Por qué existe el hombre?
    Imposible responder.
    Pero desde el más ínfimo corpúsculo
    hasta los seres vivos,
    en el átomo,
    en la célula,
    en la estrella,
    en la nada,
    todo es inteligencia.
    Aunque el universo se extinga,
    la inteligencia permanecerá.

  • Por qué escribe usted

    Porque el fantasma porque ayer porque hoy:
    porque mañana porque sí porque no
    Porque el principio porque la bestia porque el fin:
    porque la bomba porque el medio porque al jardín

    Porque góngora porque la tierra porque el sol:
    porque san juan porque la luna porque rimbaud
    Porque el claro porque la sangre porque el papel:
    porque la carne porque la tinta porque la piel

    Porque la noche porque me odio porque la luz:
    porque el infierno porque el cielo porque tú
    Porque casi porque nada porque la sed
    porque el amor porque el grito porque no sé

    Porque la

  • Teoría del iceberg

    (réplica a un poeta que se esconde)


    1


    Acudo a las sombras
    sospecho de su complicidad
    y me escondo.


    Para una teoría del iceberg
    olvida su imponente apariencia
    y su fobia a la cartografía.
    No confíes en tu astucia
    de observador avezado
    ni uses en tu ayuda
    las leyes de la Física.
    No esperes que se preste
    a los

  • Proverbios

    ¿Dices que nada se pierde?
    Si esta copa de cristal
    se me rompe, nunca en ella
    beberé, nunca jamás.
    * * *
    Dices que nada se pierde
    y acaso dices verdad;
    pero todo lo perdemos
    y todo nos perderá.

  • Microscopio electrónico

    Las profundidades de la materia
    son idénticas a las galaxias:
    puntitos de luz
    en la inmensa negrura del vacío.
    Estamos constituidos de estrellas
    en un vasto cosmos de misterio.

  • Guerra en la paz

    II
    Pero ¿quién amenaza,
    Quién es el enemigo universal?
    Sólo se ve la máscara pacífica
    Del protector benéfico.
    Aquí los apostólicos.
    Aquí los siempre fieles al futuro.

    Y si algún cataclismo se fraguase
    por entre los redobles de los truenos
    Sobre nuestras cabezas inocentes...

    ¿Un fatal cataclismo
    Tramado por un Dios tempestuoso?

  • Cálculo de estructuras


    Ya no viene a mi lado esta ciudad,
    no me hace compañía ni tampoco
    me proteje del viento y de la lluvia.
    Aquello que pensaba que aprendíamos
    -cálculo de estructuras, templos griegos-
    cuando la Diagonal cruzaba el campo
    y yo estaba estudiando arquitectura,
    es un oficio de albañiles muertos
    y cimientos de niebla. También ella,
    la cálida muchacha que me amó,
    se ha convertido en la desconocida
    que, contemplo tumbada, en bañador,
    en la fotografía de un jardín.
    Un deseo rebelde late triste,
    y busco el rastro de algún otro amor

  • La luz del cero

    EL terror luminoso de lo abierto sin fondo
    donde las exactitudes no significan nada
    pero abren más el cielo de un cero estupefacto...
    Y uno hace sus solitarios. Y se figura que piensa.

    iOh claridad! No hay justicia pues la razón del hombre
    carece de sentido ante los ciegos
    rayos gamma, modelos, dioses ordenadores
    del sin-orden ni modelo que somos los sin-nombre.

    El vacío fagocito se está comiendo a sí mismo,
    Y eso es la luz, o el espanto,
    o la equívoca sonrisa de las Madres
    y su desesperanto, en tanto, o cuando...

  • El miedo a la muerte. la ciencia, libertadora del hombre (La naturaleza de las cosas)

    Tú mismo ya cualquier día, vencido por las espantosas palabras de los adivinos, procurarás separarte de nosotros. Pues ¡cuántas fantasías en verdad pueden ellos ahora inventarte, capaces de trastornar las normas de tu vida y de perturbar con el miedo todas tus venturas! Y con razón. Pues si los hombres viesen que existe un límite preciso a sus penas, de algún modo podrían hacerle frente a las supersticiones y a las amenazas de los adivinos. Pero ahora no hay ninguna manera de resistir, ninguna posibilidad, porque hay que temer en la muerte penas eternas.