• Un enfermo a quien los médicos fatigan con la dieta, se burla de su regimiento

             Si vivas estas carnes y estas pieles
    son bodegón del comedor rascado,
    que, al pescuezo y al hombro convidado,
    hace de mi camisa sus manteles;

             si emboscada en jergón y en arambeles
    no hay chinche que no alcance algún bocado,
    refitorio de sarna dedicado
    a boticario y médicos crueles,

             hijo de puta, dame acá esa bota:
    beberéme los ojos con las manos,
    y túllanse mis pies de bien de gota.

  • Ruedas de fortunaabanico

    El zodíaco
    de la suerte
    se abre en el abanico
    rojo amarillo y verde.

    En la selva de los números
    la niña se pierde
    con los ojos cerrados
    ¿el cuatro? ¿el cinco? ¿el siete?

    Cada número guarda
    pájaro o serpiente.
    dice el cuatro
    No dice el veinte.

    El dedo de la niña
    sobre el cielo de la suerte
    pone la estrella de
    más rico presente

  • Mecánica del vuelo

    ¿Perfeccionar lo inútil entretanto
    el paisaje y el ave nada hacen
    para tener un sitio en el edén? Pudiera
    ser. La belleza no pide tributo.

    ¿Entonces? Dar ejemplo tampoco: la coherencia
    no era flor: pero ¿dónde? Acompañado
    por otras soledades, obedezca
    el ave que no es, rece el paisaje
    que no es paisaje (habla). Perfeccione
    lo inútil a lo inútil. No haya edén.

  • Cuando se la descubre

    Cuando se la descubre,
    la vida se da vuelta como un guante
    que devuelve la mano que encerraba
    y el tacto liberado
    toca por vez primera cuanto existe.

    La realidad es un tiempo doblado
    que es preciso desdoblar como una tela
    de singular delicadeza
    para encontrar adentro
    otra mano que aguarda.

  • Viajeros

    Igual que un gato ciego, te acompaña
    con el mueble de ruedas y periódicos
    y las armas de agua de la hipnosis..

    -La ciencia del viaje -dice el hombre
    que aparece en pantalla
    con el rostro horadado por pequeños erizos
    y camisa de cuadros de franela-
    es el arte de la inmovilidad.
    A su lado relumbran varias pipas de hueso,
    dos cabezas de tigre y un colmillo
    como una hoz de talco.
    Continúa:
    -La ciencia del viaje -toca un dedo del sol
    tu rostro y se refleja sobre el suyo-
    es el arte de sombras del regreso.

  • Universo

    El universo cabe en tres palabras
    digamos piojo pulga o gusarapo
    es la verdad silvestre / projimíos /
    vos y yo somos sus reflejos pálidos

    quién sabe qué bacterias trae el aire
    o si la patria es gleba de mentira
    tan sólo el mar tiene un sabor extraño
    que ahoga las tristezas y alegrías

    el mundo es ancho para los que estamos
    en un centímetro de primavera
    pero es angosto para los inermes
    en redes invisibles que se sueñan

    el universo es un abrazo inútil
    un cerco que al final nos estrangula
    y a pesar de que, todos lo respetan

  • Sigma-6

    Ya sólo me queda el amor de A., que quizá por pequeñito se salva y
    me salva de todo lo amenazador.


    ¡Los campos, lo electro-magnético, la gravitación!
    Los campos reales de la Física actual,
    el movimiento sin móvil,
    el pulso pendular que no cuenta el tiempo,
    lo repetido distinto, las transformaciones,
    los acontecimientos
    (sólo muy de lejos lo que le pasa al hombre,
    no real como un fotón, salvo si es registrado,
    aunque él se crea importante),
    la velocidad de la luz, de la paz,
    de la neutralidad,
    de la A,
    cuando fallan las palabras

  • Astronomía

    Porque pasa veloz, y libre, y casi nunca.
    Porque apenas es nuestro,
    y su estela de luz es un rastro de sombras,
    si queremos prenderlo.

    Porque cruza el amor con brillo de cometa,
    hoy celebro este cielo
    de mirarte y saber lo infinito tan cerca,
    lo imposible tan cierto.

  • Fachadas al atardecer ((Homenaje a Le Corbusier))

    Mientras tramonta el sol, atribulándonos
    con su retractación, con su renuncia,
    espolvorea en rezagada luz
    nuestra amada ciudad,
    ciudad ya madre.

    En esa luz caduca que atardece,
    hay una inspiración de permanencia,
    la añadidura humana
    de quienes, en la luz, nos alumbramos,
    de quienes, por la luz,
    nos erguimos con fe hasta nuestra forma.

    En el. halo ambarino petrifican
    los muros de las casas donde el hombre
    se guarece del hombre y se conviene,
    y se educa en ser hombre y su trabajo:
    salir de su guarida a ser feliz

  • Sala de cirugía

    Sin peso, las voces
    se han caído en este remanso de la noche,
    y llegan como un barco sin luces.

    Se siente un muerto,
    allá, en el depósito,
    como una piedra que cayó en la sombra.

    Ropas de obreros, cansadas y sucias,
    y un reloj que late fuerte entre ellas.

    Pasa un ruido de llaves y cristos.

    La noche tiró sus zapatillas sordas.
    La madrugada entra, descalza,
    con sus pies lívidos.