(réplica a un poeta que se esconde)
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Acudo a las sombras sospecho de su complicidad y me escondo. |
Para una teoría del iceberg olvida su imponente apariencia y su fobia a la cartografía. No confíes en tu astucia de observador avezado ni uses en tu ayuda las leyes de la Física. No esperes que se preste a los
¿Dices que nada se pierde? | Si esta copa de cristal se me rompe, nunca en ella beberé, nunca jamás. y acaso dices verdad; pero todo lo perdemos y todo nos perderá.
II Pero ¿quién amenaza, Quién es el enemigo universal? Sólo se ve la máscara pacífica Del protector benéfico. Aquí los apostólicos. Aquí los siempre fieles al futuro.
Y si algún cataclismo se fraguase por entre los redobles de los truenos Sobre nuestras cabezas inocentes...
¿Un fatal cataclismo Tramado por un Dios tempestuoso?
Las profundidades de la materia son idénticas a las galaxias: puntitos de luz en la inmensa negrura del vacío. Estamos constituidos de estrellas en un vasto cosmos de misterio.
Ya no viene a mi lado esta ciudad, no me hace compañía ni tampoco me proteje del viento y de la lluvia. Aquello que pensaba que aprendíamos -cálculo de estructuras, templos griegos- cuando la Diagonal cruzaba el campo y yo estaba estudiando arquitectura, es un oficio de albañiles muertos y cimientos de niebla. También ella, la cálida muchacha que me amó, se ha convertido en la desconocida que, contemplo tumbada, en bañador, en la fotografía de un jardín. Un deseo rebelde late triste, y busco el rastro de algún otro amor
EL terror luminoso de lo abierto sin fondo donde las exactitudes no significan nada pero abren más el cielo de un cero estupefacto... Y uno hace sus solitarios. Y se figura que piensa.
iOh claridad! No hay justicia pues la razón del hombre carece de sentido ante los ciegos rayos gamma, modelos, dioses ordenadores del sin-orden ni modelo que somos los sin-nombre.
El vacío fagocito se está comiendo a sí mismo, Y eso es la luz, o el espanto, o la equívoca sonrisa de las Madres y su desesperanto, en tanto, o cuando...
En un cuarto a oscuras se enciende una vela. Todo 10 que en ese cuarto existe se ve de pronto iluminado por un flanco y proyecta sombra por el otro. Todo lo que tiene luz tiene sombra. La luz y la sombra van de la mano. Pero, si la llama misma no tiene sombra, ¿De veras tiene luz la llama de la vela?
Todo invita a la humildad. Los poetas sólo duramos en cuanto desaparecemos o nos transformamos en otros que, hasta negándonos, viven de lo que fuimos en cuanto nos presuponen. Son pequeñas lecciones atómicas.
Un acelerador de partículas dispara. Surgen, bombardeados, micro-objetos inestables: Poemas: Aparatos verbales. ¿Es la explosión total? ¿Es la gloria o es tan sólo un mesón lambda? ¡Oh secreta radiación!, noche plena que un día teclearon con palabras cuidadosas los líricos del alma, y ahora da miedo advertir
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