• En lenguaje binario, la presencia ...

    En lenguaje binario, la presencia
    a la ausencia se opone, sin terceros.
    Como el día a la noche, como el alba al crepúsculo: el sol
    sale o se va. Se va.
    ¿Dónde está el sol (en lenguaje binario)
    toda vez que anochece?
    No es uno ya, cero es.
    Es.
    ¿Hay ceros amarillos?
    ¿Será redondo el uno tras el alba?

    Terceros, terceros son
    los ceros y los unos.
    (¿Qué no ha sido tercero alguna vez?)

  • Tsunami

            a María Matos

    Un solitón
    es una singularidad
    en una onda
    en marcha, un borde
    que se desplaza
    sólo en esa dirección.
    Filmamos en una ocasión
    uno que se movía
    descuidadamente
    por una superficie de platino.
    Los solitones pasan
    imperturbables
    unos
    a través
    de otros.

  • Astronáutica

    Hoy he pensado: fin de una jornada,
    eso soy yo; el final de un plan inmenso
    que no se acaba nunca, yo me acabo
    pero el hombre se extiende inmensamente
    hacia un proliferar inagotable.
    Hombres y estrellas, dije en otro tiempo
    sin saber que expresaba lo secreto
    del corazón: racimos, dije entonces
    de hombres y estrellas lejos y tan cerca
    oscuramente unidos estos hombres
    y las lejanas luces del espacio
    cual si una indicación me revelara
    que un mismo melancólico mensaje
    late en el pulso humano y en los centros
    del mundo sideral una promesa

  • Extrañas radiaciones

    Un animal de llanto azul se esconde
    entre las rocas y su olor nos llega
    con algo de nosotros diluido
    en los caminos que a la sangre llevan.
    Un animal de grito oscuro habita
    por debajo del cielo de la piedra
    con algo de nosotros atrapado
    por la blanca armazón de la osamenta.
    Un estremecimiento nos sostiene
    desde ocultos recintos, de esotéricas
    entrañas nos envía sus mensajes
    de vida una galaxia, una materia
    errante que no es luz y que no es aire
    y que no es agua o barro y que no quema
    sino que se propaga en no sensibles

  • Cometas

    Ahora, antes de empezar a asignar poderes a las estrellas,
    y antes de cantar en versos los derechos de las constelaciones sobre los destinos, he de completar el cuadro del universo
    y anotar a través de todo el sistema lo que tiene brillo y potencia
    en cualquier lugar y en cualquier momento. Hay, en efecto, fuegos que nacen
    muy espaciadamente y desaparecen de repente.
    En épocas de grandes conmociones raras veces los siglos
    han contemplado súbitas llamas que brillaban en el aire transparente
    y cometas que nacían y desaparecían.

  • Pensar en el mundo….

    Pensar el mundo es como hacerlo nuevo
    de la sombra o la nada, desustanciado y frío.
    Bueno es pensar, decolorir el huevo
    universal, sorberlo hasta el vacío.
    Pensar: borrar primero y dibujar después,
    y quien borrar no sabe camina en cuatro pies.
    Una neblina opaca confunde toda cosa:
    el monte, el mar, el pino, el pájaro, la rosa.
    Pitágoras alarga a Cartesius la mano.
    Es la extensión substancia del universo humano.
    Y sobre el lienzo blanco o negro, la cifra o la figura.
    Yo pienso. (Un hombre arroja una traíña al mar

  • Tablas de multiplicar

    UNO por otro es el hombre
    cualquiera como Dios manda
    y ese salvar las distancias
    que -mala cuenta- se cantan.

    Dos por uno es la evidencia
    que en un dos por tres tendrás.
    Dos por cuatro, buen compás.
    Dos por cinco, la sorpresa
    del diez redondo y total.
    ¡Qué divino es, por humano,
    el sistema decimal!

    Cero por cero es la luz.
    Cero por uno, el problema
    (pues con el yo creo el tú).
    Cero por dos, el amor.
    También cero, mas en ioh!
    (¡Oh!, que es un eco de yo).
    Cero por tres... ¡Atención!
    Debe haber algún error,

  • Sobre la armonía de los cuerpos celestes

    A Pancho, mi muñeco

    PANCHO,
                      en la circunvalación del año,
                                                                en el descenso

  • Tarareando nazim

    Tengo ruidos en la nuca, doctor.
    Siento el cráneo apretar y crujir,
    sobre todo si hay penas. No sé...

    Hace ya siete años, doctor,
    que en vez de pensamiento tengo un ruido
    y una pasta muy triste en la cabeza.

    Yo haré lo que me diga; yo tendré
    paciencia y confianza. Puede ser.
    Yo tomaré las medicinas
    para poder pensar en mis amigos.

    Pero si lo que ocurre, doctor,
    es que tengo algún mal que se produce
    a causa del amor
    y el pensamiento de la resistencia,
    entonces, déjelo;
    esto no es
    más que nuestro sonido natural.

  • La ley de la gravedad

    Se van los años cada vez más breves
    con rosas primavera, con los trigos
    el verano, el otoño con los higos
    y el negro invierno con las blancas nieves.
          
          Según hacia tu ocaso más te mueves
    más raudos van, de tu vivir testigos
    que te arrancan, cual fieros enemigos,
    al reposo.