Nunca he conocido a nadie a quien le hubiesen molido a
palos.
Todos mis conocidos han sido campeones en todo.
Y yo, tantas veces despreciable, tantas veces inmundo,
tantas veces vil,
yo, tantas veces irrefutablemente parásito,
imperdonablemente sucio,
yo, que tantas veces no he tenido paciencia para bañarme,
yo, que tantas veces he sido ridículo, absurdo,
que he tropezado públicamente en las alfombras de las