• Wilhelm reich

    En aquel verano del 37 se sintió casi feliz. En Oslo,
    noches blancas, barcas en el fiordo, beber dorado aquavit
    en el Café del Teatro con Sigurd, Nic y Arnulf. A petición
    tocó el violinista el Bolero de Ravel. La gente susurraba:

    ¡Así es él! Naturalmente tenían razón, obviamente
    estaba loco, un enfermo furibundo, que ahuyentaba
    a todos sus amigos: con malas artes les arrancaba
    (oh, sombra de Stalin) confesiones escritas (a esos traidores),

    que cerraba con llave en su escritorio. (Sí, también

  • Suma

    La sorpresa  de lo improbable            +  la aparente seguridad  de lo metódico,            +  el fulgor  de lo nuevo,            +  la belleza  de lo efímero,            +  la abreviada alquimia  de lo sexuado,            +  la levedad molecular  de lo dominante,            +  la paz en fuga  de lo maduro,            +  la certeza  de lo mineral.    El todo  menos que la suma  de los dispares elementos.  El dios debía saberlo.

  • Movimiento y combinación de los átomos

    Si crees que los principios de las cosas pueden detenerse y estando detenidos producir nuevos movimientos de cosas, yerras descarriado lejos del razonamiento verdadero. Pues dado que vagan por el vacío, es preciso que todos los principios de las cosas sean arrastrados bien por su propia gravedad bien por el golpe al azar de otro. Pues [cuando] a menudo en sus rápidos movimientos han chocado al encontrarse, sucede que al punto saltan aparte en sentidos opuestos; y no es en verdad extraño, dado que son muy duros en sus sólidos pesos y nada los obstaculiza a ellos por su espalda.

  • El genoma

    Se cree muy listo ese que mira por encima del cargo
    a la dependienta.
    Piensa que es lo último el poeta que apunta
    lo que ya disparó otro antes sin darle
    más importancia.
    Va de que no hay pisada que no esté orgullosa de su pie
    que cojea.
    Nos creíamos muy hábiles por comernos los mocos.
    Y así estamos.
    Mira el pájaro,
    levanta el vuelo
    sin aspavientos
    y se mofa de nosotros.

  • Oscuridad

    Para Rosalía Díez Celaya

    Los neutrinos nos penetran
    corno si no existieran
    los límites de la materia;
    sólo el cosmos vacío,
    la nada,
    por la que transitan dichosos
    igual que la lluvia sobre el cielo.
    Así nosotros transitamos a través del espacio
    atravesando mundos que nos son ajenos
    sobre la piel infinita de Dios.

  • Alemania (LOS <<DISCORSI>> DE GALILEO ATRAVIESAN LA FRONTERA ITALIANA)

    Amigos, esta historia es verdadera:
    La Ciencia se escapó por la frontera.
    Nosotros, aun sedientos de saber,
    tuvimos que quedarnos, sin querer.
    Guardad, pues, la antorcha de la Ciencia
    y no la uséis jamás con impaciencia.
    De otro modo, un incendio estallará
    y a todos a la vez destruirá.
    Sí, a todos.



    (DE <<Vida de Galileo>>)

  • Necesito una línea

    Necesito una línea
    una línea verdaderamente buena,
    tan larga que derecha en el universo no quepa
    zigzaguee relampaguee se curve,
    se cierre sobre sí misma en una O
    que crezca y reverbere palpite
    perfecta y mayúscula como
    el anillo de Saturno
    el cinturón de astero-OO-oó
    OO-OO
    O-O
    O
    ooides: el espacio entero que se curve,
    el espacio-tiempo como el espejo
    de tu polvera donde nos miramos
    asombrados las caras de tortugas
    donde con una bonita

  • Al margen de lucrecio

    EL MAYOR ESCÁNDALO

  • Mi primer poema informático

    ¿he elegido el camino que conduce a la muerte?
    ¿acabará esta máquina conmigo
    cuando ni la priva ni las mujeres ni la pobreza
    lo han conseguido?

    ¿se ríe Whitman de mí desde su tumba?
    ¿le importa a Creely?

    ¿está esto espaciado como es debido?
    ¿lo estoy yo?

    ¿aullará Ginsberg?

    ¡cálmame!
    ¡dame suerte!

    ¡hazme bueno!

    ¡ponme en marcha!
    vuelvo a ser virgen.

    virgen con 70 años.

    No me fastidies máquina
    Fastídiame

    ¿a quién le importa?
    ¡háblame, máquina!

    podemos beber juntos.

  • Constelación de aries

    Recorremos así, hechos una masa
    nebulosa, flotante en el espacio
    sideral, con el Cosmos arropándonos,
    la espalda acariciando, las rodillas
    hincándose en el Magma que compone
    de Hidrógeno y de Níquel tal sustancia,
    y entre el Flúor y el Hierro de la lluvia
    tan ácida que cae a cuentagotas
    - ¡qué sabor exquisito, qué dorada
    delicia tan brillante, que rebosa! -
    allí nos encontramos y resulta
    que el tiempo se ha parado por nosotros,
    que las Nubes, los Ángeles y el Viento
    se unen por nosotros y conforman
    una víscera nueva que recorre