• No sé...

    No sé si el faro incendia aún las horas
    del triste odiar la Trigonometría,
    si en tus zapatos duerme todavía la arena de las playas
    salvadoras.

    Si en las algas y espumas rodadoras
    trina el Latín con la Fisiología,
    si el alto lavadero en que te urgía
    el placer solitario, rememoras.

    No sé si vas despierto o vas dormido,
    en pecado mortal sobrecogido,
    a comulgar sin fe cada mañana.


    No sé, no sé...

  • Amor y física

    Voy a contarte por física,
    sirena de mis ensueños,
    de amor el calor latente
    que está quemándose el pecho.
    Era una tarde que cúmulos
    cruzaban el calmo cielo,
    y ya el rocío las plantas
    iba de plata cubriendo,
    cuando tu imagen divina
    transmitió el éter al nervio
    óptico
    y de aquel instante
    no soy miope, soy ciego.

  • La tabla de multiplicar

    2 × 2 son 4,
    2 × 3 son 6,
    ¡ay que corta vida
    la que nos hacéis!

    3 × 3 son 9,
    2 × 5 10,
    ¿volverá a la rueda
    la que fue niñez?

    6 × 3 18,
    10 × 10 son 100.
    ¡Dios! ¡No dura nada
    nuestro pobre bien!

    Infinito y cero,
    ¡la fuente y el mar!
    ¡Cantemos la tabla
    de multiplicar!

  • Versos para recordar las cifras de PI

    Soy PI, lema y razón ingeniosa
    de hombre sabio, que serie preciosa
    valorando enunció magistral.

    Con mi ley singular bien medido
    el Grande Orbe, por fin, reducido
    fue al sistema ordinario usual.

    Arquímedes, en ciencias preciado
    crea p, monumento afamado,
    y aunque intérmina dio valuación,

    periferia del círculo supo,
    duplicando geométrico grupo,
    resolver y apreciarle extensión.

  • El primer coro de la roca

    Se cierne el águila en la cumbre del cielo,
    el cazador y la jauría cumplen su círculo.
    ¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
    ¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
    ¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
    El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
    infinita invención, experimento infinito,
    trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
    conocimiento del habla, pero no del silencio;
    conocimiento de las palabras e ignorancia de la palabra.

  • Violín

    Ese árbol
    tiene un violín adentro

    No fue tallado aún pero está adentro

    Espera el día de la resurrección
    árbol adentro

    Dijo el señor Stradivarius:

    Tengo que rescatar a ese violín
    tengo que quitarle la corteza que lo aprisiona
    y verlo respirar al aire libre

    Tengo que oírlo cantar para mí

    Ese violín
    tiene un árbol adentro
    tiene flores que escuchan la música callada

    Tiene pájaros

  • Escorial ii

    En vez de soñar, contar.


    La fachada del oeste tiene
    seiscientas doce ventanas.

    Por la primavera van
    en su cielo, hacia el domingo
    una, dos, tres, cuatro, cinco
    nubes blancas.

    Yo te quiero a tí, y a tí y a tí.
    A tres os quiero yo.

    A las doce el tiempo da
    doce campanadas.

    Y ya no podrá escapárseme
    en las volandas del sueño
    la mañana. Haré la raya
    para ir sumando seiscientas
    doce, más cinco, más tres,
    más doce.

  • Examen de estadística

    ¿Qué es la Estadística?
    Es una ciencia fotográfica y adivinatoria
    que procede en primera instancia
    como una película,
    donde graban sus números
    la realidad y la apariencia.

  • Rosa del sol

    Por el Sol se enciende mi verso retórico
    que hace geometría con el español,
    y en la ardiente selva de un mundo alegórico,
    mi flauta preludia: Do-Re-Mi-Fa-Sol.

    ¡Áurea Matemática! ¡Numen Categórico!
    ¡Logos de las Formas! ¡Teología Crisol!
    ¡Salve, Sacro Pneuma! Canta el Pitagórico
    Yámbico, Dorado número de Sol.

    El Sol es la ardiente fuente que provoca
    las Ideas Eternas en vaso mortal.
    Por el encendido canto de su boca,

    es la Geometría Ciencia Teologal.

  • A un olmo seco

    Al olmo viejo, hendido por el rayo
    y en su mitad podrido,
    con las lluvias de abril y el sol de mayo
    algunas hojas verdes le han salido.

    ¡El olmo centenario en la colina
    que lame el Duero! Un musgo amarillento
    le mancha la corteza blanquecina
    al tronco carcomido y polvoriento.

    No será, cual los álamos cantores
    que guardan el camino y la ribera,
    habitado de pardos ruiseñores.
    Ejército de hormigas en hilera
    va trepando por él, y en sus entrañas
    urden sus telas grises las arañas.