Hasta el próximo mes de abril, se puede visitar en la biblioteca de la Facultad de Educación de la UCM esta exposición sobre el Padre de la Física moderna con motivo del 75 aniversario de su muerte
El 1 de agosto de 1945 fallecía en México el padre de la Física moderna en España, la figura de referencia de la Física española de la Edad de Plata, Blas Cabrera Felipe. En 1995, la asociación Amigos de la Cultura Científica promovió la conmemoración del Cincuentenario de su muerte erigiendo una estatua en su Arrecife (Lanzarote) natal; organizando desde Madrid una exposición que viajó a Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife; convocando un Congreso que se desarrolló en sedes en estas tres islas canarias; publicando los 14 volúmenes de las Obras Completas de Cabrera; poniendo en marcha en Arrecife el Centro Científico-cultural Blas Cabrera y, en él, el Museo de la Física y la Química españolas; etc.
Transcurridos 25 años, la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote (ACIHL) ha convocado el “2020 AÑO BLAS CABRERA”, para conmemorar los 75 años del fallecimiento de Blas Cabrera y recordar los 25 años de iniciativas blascabrerianas promovidas por Amigos de la Cultura Científica.
Monumento a Blas Cabrera en Arrecife de Lanzarote, erigido por Amigos de la Cultura Científica en 1995, y Catálogo de la Exposición conmemorativa del Cincuentenario de la muerte de Blas Cabrera en México, 1945-1995.
Y la primera actividad del Año, realizada en colaboración con la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y la División de Enseñanza y Divulgación de la Física de la Real Sociedad Española de Física y Química, es la exposición “Blas Cabrera y la ciencia española, 1936-1940”, que podrá visitarse en la Biblioteca de la Facultad entre enero y abril de 2020, momento en el que empezará su periplo por otras ciudades españolas.
Atendiendo a los límites temporales que se explicitan en el título, la exposición se compone de cinco secciones. La primera está dedicada a mostrar la situación de la Ciencia española en el punto culminante de la Edad de Plata, a las puertas del 18 de julio de 1936, y se ilustra con diferentes trabajos publicados a lo largo de ese año: el Discurso de Ingreso de Blas Cabrera en la Academia española, leído en Presencia del Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y contestado por Ignacio Bolívar; el electrocardiograma original del Presidente del Consejo de Ministros de la República, Alejandro Lerroux, realizado en junio de 1936 en la clínica privada del cardiólogo Luis Calandre; el último volumen de la revista Archivos de Cardiografía, dirigida por Gustavo Pittaluga y Luis Calandre y desaparecida durante la guerra; un artículo de la Doctora en Física Piedad de la Cierva, publicado en el Boletín de la Academia de Ciencias; el primer volumen, firmado por Julio Palacios, de una colección de libros sobre Física Teórica que deberían haber continuado Blas Cabrera y su hermano Juan, y no llegarían a ver la luz como tales; un artículo del entonces joven matemático Sixto Ríos sobre hiperconvergencia; etc.
Cartel anunciador de la exposición y Sección dedicada a Blas Cabrera y la Ciencia española en 1936
Las tres siguientes secciones, con sus paneles explicativos y las vitrinas recogiendo una selección de publicaciones originales de singular relevancia, están dedicadas a dar a conocer la situación de la Ciencia y las actividades de los científicos españoles durante la Guerra Civil en cada una de las tres Españas que vivieron el conflicto.
La primera detalla la excepcional atención que dedicó la República a las actividades científicas en las difíciles condiciones de la guerra, durante la cual se seguirían financiando las investigaciones, incluso las que no tenían aplicación bélica, en el Laboratorio Seminario Matemático, el Instituto Nacional de Física y Química, el Instituto Cajal, el Museo Nacional de Ciencias Naturales, etc. Para ilustrar estas vicisitudes se empieza mostrando el sello de entrada y control de vacunación en Francia de Augusto Pérez-Vitoria, en septiembre de 1936, en su tránsito por San Juan de Luz a Port Bou para poder volver a la España gubernamental tras la clausura de los curso de la Universidad Internacional de Verano en Santander; un ejemplar de los Anales de la Sociedad Española de Física y Química publicado en 1937; otro de la revista Matemática Elemental aparecido ya en 1939, casi al final de la contienda; el primer artículo de Arturo Duperier sobre Radiación Cósmica, publicado desde Valencia en 1937; otro artículo de Salvador Velayos sobre magnetismo de la materia publicado en Madrid; un artículo de la Doctora en Químicas, Mª Teresa Toral, escrito en colaboración con Enrique Moles, publicado en las Comptes Rendus de la Academia de Ciencias de París en 1938; etc.
La segunda está dedicada a conocer las actividades de los científicos españoles de la Tercera España. En efecto, al estallar la Guerra Civil, numerosos intelectuales que se habían significado durante la República “en paz” empezaron a sentirse extremadamente incómodos en la República “en guerra”. Entre ellos, el caso de Blas Cabrera resulta paradigmático: aprovechó la convocatoria de una reunión del Comité Internacional de Pesas y Medidas para abandonar Madrid, el 7 de octubre de 1936, camino de París, y tratar de mantener allí una imposible equidistancia entre los dos bandos enfrentados. En las vitrinas podrán verse una monografía de Cabrera sobre paramagnetismo de las tierras raras publicada en Francia; el texto de una conferencia sobre ingeniería aeronáutica publicado en 1938 por Esteban Terradas en su exilio en Argentina; el anuncio de conferencias, también en Argentina, de José Ortega y Gasset, ausente de España desde 1936; un trabajo conjunto publicado en las Proceedings of the Physical Society por Blas Cabrera y Arturo Duperier tras abandonar éste la España republicana en la primavera de 1938; etc.
Paneles y vitrinas dedicados a las tres Españas en las que desarrollaron sus actividades los científicos españoles entre 1936 y 1939
Y la tercera se centra en las actuaciones de los científicos que permanecieron en la España sublevada (o se pasaron a ella desde la zona republicana). Empieza con un trabajo de Emilio Jimeno publicado “formalmente” por el Instituto de la Metalurgia y de la Mecánica de la Universidad de Barcelona, pero que se imprimirá en 1936 desde la España nacional con la leyenda “Una patria, un estado, un caudillo. Una patria: España. Un caudillo: Franco”. Pueden verse también el libro Los intelectuales y la tragedia española, publicado en 1937 por Enrique Suñer, Catedrático de Pediatría, Presidente de la Comisión encargada de la depuración universitaria durante la guerra y uno de los ideólogos de la nueva Educación Nacional. Se exhiben también dos artículos recopilados en el libro La Institución Libre de Enseñanza (ILE). Una poderosa fuerza secreta. El primero firmado por el catedrático de Química de la Universidad de Zaragoza Antonio G. Rocasolano, sobre “La investigación científica, acaparada y estropeada”, se entiende que por parte de la Junta para Ampliación de Estudios en nombre de la ILE; el segundo, escrito por Luis Bermejo y dedicado a “El Instituto Rockefeller”, el centro dirigido por Blas Cabrera como núcleo de culpables de la “tragedia de España”. También puede verse el Libro de actas del primer Congreso científico organizado por la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias en la España nacional, en agosto de 1938, en el que presentaron trabajos Miguel A. Catalán, Obdulio Fernández, Manuel Lora-Tamayo, Eduardo Hernández-Pacheco, etc. Cierra esta sección el relato del físico Julio Palacios de su participación, como quintacolumnista de Franco, en la “maniobra Casado-Besteiro” para la rendición de Madrid, en marzo de 1939, que precipitaría el final de la incivil contienda.
Última sección de la exposición, dedicada a la situación de la Ciencia española en 1940
La exposición se cierra con una sección dedicada a mostrar las complejas y variadas situaciones de los científicos españoles en 1940. Por un lado, se muestran un trabajo del químico Adolfo Barredo que “se había perdido en 1936”, publicado finalmente en 1939 al asumir Julio Palacios la dirección del antiguo Instituto Nacional de Física y Química, y otro del matemático Sixto Ríos en el primer volumen de la renacida en 1940 Revista de la Real Academia de Ciencias, continuación de sus trabajos de 1936. También se exhibe la Tesis doctoral en CC Químicas de Leopoldo Yzu, que había sido dirigida en 1936 por Miguel A. Catalán y que no pudo leerse hasta 1939, pero apadrinada por Julio Palacios al estar Catalán sometido ya a expediente de depuración. Puede verse cómo Luis Calandre, expulsado de los puestos oficiales por la nueva España, continuaría su labor como cardiólogo en su clínica privada de Madrid atendiendo, por ejemplo, al antiguo ministro republicano Nicasio Velayos, del que se muestra un electrocardiograma realizado en 1940 registrando el infarto que había sufrido. Se exhiben también memorias oficiales de la institución creada por el Régimen sobre las cenizas de la Junta para Ampliación de Estudios y la Fundación Nacional para Investigaciones Científicas y Ensayos de Reforma, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Los últimos documentos expuestos son especialmente significativos: el número de la revista Ciencia, publicada en México por los científicos exiliados, en el que se recoge la necrológica de Blas Cabrera preparada por Antonio Madinaveitia en 1945; la monografía y el libro de Francisco Giral sobre la Ciencia española en el exilio, de 1988 y 1994, respectivamente, promovidos desde Amigos de la Cultura Científica; y el Discurso de ingreso de Dominga Trujillo en la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote sobre, precisamente, El exilio de Blas Cabrera.
En suma, con esta exposición se aporta un panorama de la Ciencia española, durante ese período 1936-1940 tan complicado de nuestra historia, que sirva de primer homenaje al insigne físico lanzaroteño Blas Cabrera, en la Universidad de la que fue Rector, y con la colaboración de la Real Sociedad Española de Física, institución de la que fue dos veces Presidente, con ocasión del 75 aniversario de su muerte.
Francisco A. González Redondo
Comisario de la Exposición
Departamento de Didáctica de las CC Experimentales, Sociales y Matemáticas (UCM)
Lugar: Biblioteca de la Facultad de Educación, Universidad Complutense de Madrid
C/Rector
Royo Villanova s/n,
28040 - Madrid
Fechas: Hasta el 30 de abril
Horario: de 9:00h a 21:00
Más información: https://biblioteca.ucm.es/edu/blas-cabrera-y-la-ciencia-espanola-1936-1940