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Autor
Ana Afonso Gallegos (Grupo de Planificación y Gestión del Desarrollo Rural Local
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. Universidad Politécnica de Madrid)

La crisis alimentaria mundial

A pesar de las evidentes señales de alarma la crisis alimentaria pilló por sorpresa a la comunidad internacional, distraída con otros asuntos que acaparaban la atención como el cambio climático o la crisis energética. Tras un corto periodo en el que ha ocupado titulares y artículos en los medios de comunicación, está siendo desplazada por la crisis financiera que es ahora el principal objeto de atención. Aunque el problema persiste y puede ir de mal en peor se ha pasado el impacto de la noticia lo que puede hacer que los compromisos adquiridos para resolver la crisis alimentaria queden en el olvido.

UNA CRISIS NO ANUNCIADA

A partir del año 2003 se produjo un aumento de los precios de los alimentos con lo que se rompió una tendencia de 50 años durante los cuales los precios de los alimentos habían ido bajando en términos reales hasta alcanzar el mínimo histórico en el año 2002.

El comportamiento de los precios de los alimentos, como cualquier otro producto, responde al comportamiento de la oferta y la demanda

En el periodo 2003-2005 estos aumentos fueron leves y pasaron desapercibidos para muchos. Sin embargo, el aumento fue mucho más acusado a partir del año 2006 y más aún en el 2007 y durante la primera mitad del 2008 alcanzándose en el periodo 2003-2008 un aumento acumulado del 54 por ciento lo que ha desencadenado una crisis que no se había previsto y cuyas consecuencias son dramáticas para cientos de millones personas.

Hasta el año 2008, nadie reparó en la crisis alimentaria que pilló por sorpresa a quienes tienen el mandato de velar por los más desfavorecidos como son los Organismos Internacionales de Naciones Unidas y que estaban distraídos con otros asuntos como el Cambio Climático y la Crisis Energética que acaparaban la atención mundial.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS?

Durante el año 2008 la crisis alimentaria ha sido objeto de varias cumbres y reuniones internacionales y son muchos los estudios que se han hecho para identificar las causas desencadenantes. El comportamiento de los precios de los alimentos, como cualquier otro producto, responde al comportamiento de la oferta y la demanda.


El cambio climático y la crisis energética distrajo la atención sobre la crisis alimentaria

El objetivo de los estudios ha sido, por tanto, identificar las causas que determinan la evolución de la oferta y la demanda de manera que se ha producido un desajuste.

El descenso de la oferta alimentaria internacional se debe fundamentalmente al descenso de la producción, a la disminución de los stock y las barreras a las exportaciones de alimentos.

Durante dos años consecutivos se ha producido un descenso significativo de los rendimientos de los cultivos a escala internacional que se ha atribuido a las siguientes causas: circunstancias climáticas adversas; degradación de la tierra agrícola; elevación del precio de los insumos productivos.

Todo ello va unido a una falta de inversión en la agricultura no habiéndose encontrado soluciones innovadoras para aumentar los rendimientos.


Paralelamente se ha producido una disminución de los stock de cereal a escala mundial, como consecuencia de la aplicación de las políticas destinadas a la reducción de excedentes que se habían llevado a cabo en las décadas anteriores. La implementación de otras políticas agrarias también desacertadas, tales como las barreras a la exportación de alimentos que se aplican en algunos países, se suma a las causas del descenso de la oferta internacional.

El incremento de la demanda de alimentos se atribuye tanto a un aumento del número de consumidores como a una mayor demanda de consumo en términos per cápita. El aumento del número de consumidores viene determinado por el incremento de la población mundial que aumenta a un ritmo de 75 millones de personas al año. El aumento de la demanda de alimentos per cápita se ha atribuido principalmente a las poblaciones de China e India, donde se han producido cambios en la dieta como consecuencia del aumento del poder adquisitivo de su población. El aumento de la población urbana con respecto a la población rural hace que aumente el número de los compradores netos de alimentos frente al de productores lo cual también funciona a favor del aumento de la demanda.

Otros usos no alimentarios de los cultivos, principalmente para la producción de bio-diésel, tienen parte de la responsabilidad en el aumento de demanda de cereales. Otra vez una mala política, las subvenciones a la producción de bio-diésel para usos no alimentarios, ha agravado la situación.

A estos factores hay que añadir la especulación de capital. Como consecuencia de cambios importantes en los mercados financieros internacionales, en los últimos años se ha producido un cambio en las prioridades de inversión y grandes inversores han destinado miles de millones de dólares a la compra de cereales con objetivos especuladores.

Mientras que existe un importante grado de consenso en la identificación de los factores determinantes de la subida de precios de los alimentos, no existe acuerdo en la importancia relativa de cada uno de estos factores o, dicho de otro modo, en el porcentaje de culpa que atribuir a cada una de ellos. En todos los foros se habla de la responsabilidad que tiene el destino energético de los productos alimentarios, pero muchos analistas dicen que su influencia en la subida de los precios es muy pequeña.


La conversión de plantaciones de maíz para la producción de etanol ha presionado al alza los precios de los alimentos

En los mismos documentos en los que se habla del aumento de la demanda de alimentos per cápita en China e India se señala que su influencia en los precios internacionales no es significativa ya que en estos países se ha producido un aumento de la oferta concordante con la mayor demanda. En cuanto a la especulación del capital, en distintos foros se denuncia que es ésta la principal causa de la crisis pero tampoco hay acuerdo y continúa siendo un tema de debate.

¿HASTA CUÁNDO DURARÁ LA CRISIS DE PRECIOS?

También se ha debatido sobre el tiempo en que los precios de los alimentos permanecerán a niveles altos. Ello estará determinado por la duración de los factores que los determinan.

Los altos precios de los alimentos han tenido consecuencias dramáticas en las personas más pobres

En el año 2008 se ha producido un descenso marcado (y también inesperado) del precio del petróleo. Además no se han dado las condiciones climáticas adversas de años anteriores y se ha producido un aumento de los rendimientos. Como consecuencia de ello en la segunda mitad del 2008 los precios de los alimentos han descendido con respecto al pico alcanzado en el 2007.

Sin embargo, y debido a que otros factores que inciden en los precios de los alimentos no se espera que varíen de modo importante en el corto o medio plazo, se puede decir que la subida de precios no responde a un fenómeno coyuntural sino que se debe a razones estructurales. Por ello las tendencias indican que en los próximos años los precios de los alimentos, aunque se mantendrán por debajo del precio alcanzado en el 2007, estarán por encima del precio del 2004 y entre un 20 y un 40 por ciento superiores al mínimo histórico del 2002. La era de los precios bajos de los alimentos ha concluido.

CONSECUENCIA DE LA CRISIS DE LOS PRECIOS

Los altos precios de los alimentos han tenido consecuencias dramáticas en las personas más pobres. La subida de precios de los alimentos ha empujado a un montón de familias moderadamente pobres a la pobreza extrema. A aquéllos que ya eran extremadamente pobres los ha llevado a una situación crítica derivada de su incapacidad para comprar alimentos.

Cuando una familia no tiene ingresos para comprar alimentos suficientes la secuencia más común para obtener alimentos es: 1) Utilización de los ahorros. 2) Pedir o comprar crédito. 3) Vender activos no productivos (por ejemplo una lámpara o un collar). 4) Vender activos productivos (por ejemplo las herramientas de trabajo o un riñón). 5) Aducir a la caridad social. 6) Esperar a las intervenciones de ayuda alimentaria. 7) Emigrar.


Hay que mejorar la asistencia alimentaria de emergencia y las redes nutricionales

En estos casos, aunque la familia haya conseguido cubrir las necesidades alimentarias de los miembros de su familia ha comprometido su capacidad de recuperación en el futuro.

Su vulnerabilidad ha ido aumentando hasta llegar a una situación en la que depende totalmente de la ayuda externa para sobrevivir.

Hay quien señala que la subida de precios de los alimentos tiene efectos positivos en los pobres rurales, que son productores netos de alimentos ya que pueden aumentar sus ingresos al vender a mejor precio sus productos.

Sin embargo, estos mejores precios no compensan el todavía mayor aumento de los precios de los insumos de producción (abonos, semillas, herbicidas y combustibles).

Particularmente el precio de los abonos ha duplicado la subida de precios de los alimentos. Los beneficios de la subida de precios de los alimentos se han quedado sólo para los grandes productores.

Las últimas estimaciones indican que el número de personas que padecen hambre en el mundo se ha incrementado en 100 millones alcanzando la cifra de 1000 millones de personas, lo cual ha supuesto un paso atrás en la consecución del objetivo del milenio de reducir a la mitad la incidencia del hambre en el mundo para el año 2015.


Es importante señalar que estas estimaciones derivan de datos estadísticos del año 2005 y 2006 y por consiguiente no reflejan la acusada subida de precios del año 2007. Ello nos lleva a decir que los datos reales en el momento actual son mucho más dramáticos de lo que indican estas cifras.

Además, el sistema de ayuda alimentaria se ha visto gravemente afectado: las agencias humanitarias tienen que cubrir una mayor demanda y se encuentran sobrepasadas ya que no se han mejorado los recursos, las herramientas ni las estrategias con las que actúan estas agencias.

La crisis alimentaria ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad a la seguridad alimentaria de millones de personas. También ha quedado patente la incapacidad de los Estados y de la comunidad internacional para detectar señales de alarma y obrar en consecuencia de manera que se reduzca el riesgo a la inseguridad alimentaria se incremente la capacidad de respuesta y se garantice el derecho a la alimentación.

OTRA ALIANZA MÁS, OTRO PLAN MÁS

La identificación de las causas y consecuencias de la crisis alimentaria ha motivado que los jefes ejecutivos de las Naciones Unidas decidieran crear un Equipo de Tareas de Alto Nivel sobre la crisis de la Seguridad Alimetaria con el objetivo de de diseñar un Plan de Acción para abordar la crisis.

Dado que las causas identificadas como desencadenantes de la subida de precios de los alimentos son en gran medida causas estructurales, en el Plan de Acción se incluyen acciones estructurales cuya aplicación y resultados se observarán a medio y largo plazo.

El principal objetivo de estas acciones es reformar y fortalecer los sistemas agrarios de los países en desarrollo y mejorar los mercados internacionales de los alimentos de manera que puedan responder de manera sostenible al crecimiento de la demanda.

Sin embargo, si en el diseño del Plan sólo se contemplan las medidas para resolver las causas de las crisis, muchos de los que padecen hambre estarán muertos antes de que los beneficios de tales medidas afecten a sus vidas.



La crisis financiera está desplazando a la crisis alimentaria

Por ello, en el diseño del Plan también se tiene presente las consecuencias de la crisis y se incluye un conjunto de acciones a corto plazo cuyo objetivo es satisfacer las necesidades inmediatas de las poblaciones vulnerables. Para asegurar que todo el mundo tenga acceso a alimentos cada día se debe mejorar la asistencia alimentaria y los programas de protección social así como procurar que todo el mundo tenga acceso a ellos.

LA CRISIS FINANCIERA: UNA AMENAZA PARA RESOLVER LA CRISIS ALIMENTARIA

La actual crisis financiera es un factor de aumento a la vulnerabilidad a la seguridad alimentaria mundial. Por un lado ha introducido un nuevo factor de riesgo sobre las perspectivas de los próximos años agravando la situación. Por otro, amenaza la capacidad de respuesta para hacer frente al riesgo. Tanto las acciones a corto plazo como las acciones a medio y largo plazo que se incluyen en el Plan de Acción para resolver la crisis requieren apoyo financiero. Aunque se estén renovando compromisos de ayuda, con la actual crisis financiera internacional no es el momento ideal para que estos compromisos se materialicen en hechos.

Por último, la crisis financiera está acaparando la atención internacional y ha desplazado de los medios de comunicación a la crisis alimentaria, que durante un periodo corto ocupó los titulares de los periódicos. Son muchas las voces que reclaman que la crisis alimentaria no quede en el olvido.

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