CONOCIMIENTO EMPRESARIAL<br>
El conocimiento empresarial: un manantial a cuidar
Reseña realizada por Fernando Morón Bécquer<br>
Universidad Autónoma de Madrid
Las empresas compiten con sus productos y éstos no son más que la expresión de su capacidad de creación y de utilización de los conocimientos y experiencias acumuladas por las mismas. Desde esta perspectiva, la autora, Dorothy Leonard, ofrece su visión para que la gestión del conocimiento se convierta y se mantenga como una capacidad esencial en el seno de cualquier organización.
El libro se estructura en una introducción y tres partes claramente diferenciadas. La primera, describe la naturaleza de las capacidades y rigideces esenciales que encontramos en las organizaciones empresariales. La segunda, se centra en las actividades claves de la innovación. La tercera, que la autora titula "Crecimiento y renovación", sirve como una aplicación de lo escrito y analizado con anterioridad. En esta última parte, dedica, por un lado, un extenso capítulo a la transferencia de tecnologías hacia empresas ubicadas en países en vías de desarrollo, y, por otro, un resumen cohesionado de las ideas más importantes vertidas en su obra.
El libro de Dorothy Leonard parte del carácter caduco y delicado del conocimiento, y qué mejor forma, en los tiempos actuales donde existe una importante preocupación por el frágil equilibrio medioambiental, que comparar la gestión del conocimiento con "el flujo de agua de un manantial (que) alimenta los sistemas biológicos que lo rodean". Sin embargo, las metáforas no son el mejor instrumento para alguien que se apoya continuamente en el ejemplo de empresas, principalmente norteamericanas, y anima a emplear un enfoque racional, tanto ante los éxitos como los fracasos porque de un análisis de ambas situaciones se podrá obtener enseñanzas que favorezcan las capacidades tecnológicas de la empresa. Este carácter dinámico se plasma en las actividades que propone la autora para crear y difundir el conocimiento dentro de la organización. Entre las mismas actividades figuran: la resolución conjunta de problemas, la implantación e integración de nuevos procesos y herramientas, la experimentación y la importación de conocimientos y, desde una dimensión externa, el estudio continuo del mercado, destacando la comprensión de las necesidades no expresadas por el usuario, lo que llama el enfoque "empático".
La visión integradora del conocimiento queda patente al revisar las dificultades que genera la transferencia de capacidades de desarrollo de productos a los países emergentes. Sus ejemplos, localizados, mayoritariamente, en China, muestran la imbricación entre sistemas físicos, sistemas de gestión, habilidades y destrezas y valores que conforman las capacidades tecnológicas de las compañías.
En resumen, la obra presenta un modelo para gestionar el conocimiento empresarial, destacando el papel del directivo para guiar dicho proceso y no convertir ninguna ventaja de la compañía en una rigidez esencial que ponga en peligro la supervivencia de la organización. Su estilo ágil, junto a la multitud de ejemplos de empresas conocidas por todos, hace su lectura amena y atractiva para cualquier lector interesado en temas económicos y sociales.