La celulosa, hemicelulosa y lignina son las principales sustancias de la pared celular de las plantas y de ellas se puede obtener papel, film para embalaje alimenticio o bioaceites.
Ahora, un grupo de científicos ha logrado transformar hasta el 80% de estos componentes en productos útiles para uso humano. Los investigadores, liderados por el español David Martín Alonso, de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.), consiguieron convertir biomasa -de abedul blanco- en 'productos valiosos' que, en algunos casos, pueden reemplazar a químicos derivados del petróleo. Los resultados de esta investigación se publican en la revista Science Advances.
La celulosa, hemicelulosa y lignina son los principales componentes de las células vegetales y para ser usadas tienen que ser separadas entre sí, explicó a Efe Martín Alonso. Hasta ahora, cuando se separaban estos tres componentes se escogía uno para un fin determinado y se perdía el valor de los otros dos: "nosotros, con un nuevo método de fraccionamiento, hemos logrado separar las tres partes de la biomasa y mantener el valor de cada una de ellas para hacer así productos y venderlos". En concreto, lograron que la celulosa se convirtiera en pasta de papel para la producción de fibras y productos químicos, que la hemicelulosa se transformara en furfural para, por ejemplo, la fabricación de plásticos y que la lignina lo hiciera en productos de carbono, como espumas, fibras o ánodos de baterías, según Martín. Todo eso, podría producir conjuntamente ingresos de más de 500 dólares por tonelada métrica seca de biomasa, señala el estudio.
"En este artículo proponemos una estrategia de conversión de biomasa que maximiza su transformación -hasta el 80%- en productos útiles en productos que pueden ser comercializados", apuntó el investigador "Con este método mejorado podemos empezar a competir con los productos derivados del petróleo", indicó.
Una de las novedades de este desarrollo es que se "salta" algunas de las etapas del proceso. Los investigadores aplicaron un disolvente -gamma-valerolactona- que permitió utilizar astillas de madera húmedas, sin necesidad de secado (necesario en otros procesos): esto nos permitió seguir procesos similares a los de la industria papelera, donde usan como materia prima virutas sin secar y sin moler hasta el tamaño del polvo.
"La ventaja de nuestro proceso es que el 80% de la madera se convierte en productos de valor añadido, mientras que en la industria papelera es solo de entre el 40 y el 50%. Esa diferencia hace que nuestro proceso sea más económico", subrayó. Los experimentos comenzaron con virutas de abedul blanco, pero el método se probó también con otras 30 plantas, como pinos, hierba, la caña de azúcar o la paja.