Los resultados de un estudio reciente indican que el DHA está asociado con una mayor capacidad de atención selectiva y sostenida en adolescentes
Durante la adolescencia ocurren importantes cambios estructurales y funcionales en el cerebro, sobre todo en la zona prefrontal, que juega un papel importante en el control de la atención. Por otro lado, se sabe que los ácidos grasos insaturados de tipo omega-3 son fundamentales para el buen desarrollo y funcionamiento del cerebro. El más abundante en el cerebro, y particularmente en la zona prefrontal, es el ácido docosahexaenoico (DHA), que se adquiere por el consumo de pescados grasos.
Los resultados de un estudio reciente indican que el DHA está asociado con una mayor capacidad de atención selectiva y sostenida en adolescentes, mientras que el ácido alfa-linolénico (ALA) está asociado con una menor impulsividad.
La investigación la ha coliderado el Instituto de Salud Global (ISGlobal) en Barcelona, centro impulsado por la Fundación “la Caixa” y por el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) en Tarragona. Los resultados confirman la importancia de consumir una dieta que aporte cantidades suficientes de estos ácidos grasos insaturados para un desarrollo cerebral saludable.
“A pesar de la conocida importancia del DHA en el desarrollo cerebral, pocos estudios han evaluado si juega un papel en la capacidad de atención de adolescentes sanos,” comenta Jordi Júlvez, investigador de IISPV, investigador asociado de ISGlobal y coordinador del estudio. “Además, el posible papel del ácido alfa-linoleico (ALA), otro omega-3 pero de origen vegetal, no ha sido tan ampliamente estudiado,” añade. Esto es relevante, visto el bajo consumo de pescado en sociedades occidentales.
El propósito de este estudio fue determinar si un consumo más elevado de DHA y ALA estaba asociado a una mayor capacidad de atención en un grupo de 332 adolescentes de diferentes colegios en Barcelona. Las y los participantes se sometieron a pruebas informatizadas que miden tiempos de reacción para determinar capacidad de atención selectiva y sostenida, capacidad de inhibición ante estímulos de distracción, e impulsividad. También contestaron una serie de preguntas sobre hábitos dietéticos y dieron muestras de sangre para analizar niveles de DHA y ALA en glóbulos rojos - una medida objetiva y válida del aporte de dichas grasas por la dieta a largo plazo.
Los resultados muestran que mayores niveles de DHA se asocian con mayor capacidad de atención selectiva y sostenida, y de atención inhibitoria. En cambio, la ALA no se asoció con capacidad de atención, pero sí con una menor impulsividad.
Aún no está claro el papel del ALA en la atención, pero este hallazgo puede ser clínicamente relevante, ya que la impulsividad es una característica de varias afectaciones psiquiátricas, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), tal como argumenta Ariadna Pinar-Martí, primera autora del estudio.
“Nuestro estudio indica que el DHA en la dieta muy probablemente juega un rol en las tareas que requieren atención, pero se necesitan más estudios para confirmar una causa-efecto, particularmente para entender el rol del ALA”, concluye Júlvez. En todo caso, los hallazgos se suman a la evidencia ya existente sobre el beneficio de consumir pescados grasos (la principal fuente de DHA) en momentos en que el cerebro se está desarrollando en su máxima sofisticación antes de alcanzar la edad adulta.
El estudio se titula “Red blood cell omega-3 fatty acids and attention scores in healthy adolescents”. Y se ha publicado en la revista académica European Child & Adolescent Psychiatry.